viernes, 21 de mayo de 2010

La sinfonía nº8, de Mahler


La semana pasada hablábamos de esta sinfonía así por encimilla. Os comentaba que existió hace tiempo un monje, (en el siglo XI) que se llamaba Raban Maur y que escribió un himno religioso, que se titula "Veni creator spiritus"

Bien, Gustav Mahler había nacido en una familia judía. Después, ya de mayor, unos dicen que para conseguir un puesto de trabajo como director de orquesta y otros que para casarse con la chica a la que amaba, Alma, se convirtió al catolicismo (o al cristianismo, vaya). A mí me parece más coherente la primera opción, pero tampoco descarto la segunda. El caso es que Mahler contaba que un día abrió un armario al levantarse por la mañana, se le cayó un libro de oraciones, y casualmente se cayó abierto por el himno este de "Veni creator spiritus". En ese momento, cuenta Mahler que tuvo claro todo el primer movimiento. Se fue a su casa de campo y allí, como si alguien se lo estuviera dictando escribió los veinticinco minutos que dura del tirón, en un tiempo record. Utilizó una forma sonata casi perfecta para articular la estructura. Un primera tema, que aparece del tirón, sin introducciones ni nada por el estilo, en Mib, luego un segundo tema en SibM (dominante), que se divide en tres secciones fácilmente identificables, después una especie de coda, que no funciona como la coda clásica, pero si sirve para cerrar la exposición. Entonces es donde aparece un tema nuevo, que despista mucho a los analistas, porque suelen entenderlo como un tercer tema. Sin embargo, una forma sonata con tres temas es algo muy extraño y difícil de llevar. Suelo comparar la forma sonata con una película, en la que el tema A es el bueno y el tema B es el malo. Meter un tercer personaje que no se defina como bueno ni como malo y que tenga la misma importancia que ambos es prácticamente imposible.

Sin embargo en esta sinfonía aparece un tema (Infirma) que a muchos confunde y lo llaman tema C. El problema también es que este tema C, tal cual aparece en el primer movimiento aparecerá también en el segundo con la única diferencia del texto. Es por ello que a mí me hizo plantearme que quizá tuviera otra función. No la de ser el bueno o el malo, sino más bien la de abrir las puertas del desarrollo. Esa función es la que cumple en el primer movimiento y también en el segundo. No es exposición, ni tampoco es desarrollo, puesto que es un tema, y por supuesto no se reexpondrá.

Ya me he liado hablando de la estructura. Después de que aparezca el tema extraño este, comienza el desarrollo. El desarrollo es una clara muestra de crecimiento. Empieza con la orquesta a solas y luego se van añadiendo coro y solistas. Tiene un claro punto central, cuando empieza el "Accende", con una pausa general incluso, que aunque pequeña está cargada de tensión. De este accende nacerá el germen del segundo movimiento. Después a Mahler, que había estado estudiando a Bach, se le ocurre hacer una fuga doble, a cinco voces en la cuarta parte del desarrollo, y ya, para rematar aún más la cuestión, introduce una pedal de dominante Aquí nos encontramos con un clímax grandioso, que arrastra a cualquier oyente. La pedal de dominante no resolverá hasta después de haber entrado la reexposición y además Mahler duplica esta pedal en las notas agudas, con dos sopranos cantando el Sib. El resultado es espectacular, de verdad, y merece la pena disfrutarlo en directo. Luego ya, una vez que entramos en la reexposición Mahler nos suelta el tema A tal cual, el cual enlaza directamente con la tercera parte del tema B (se salta el puente, que no tiene ya mucho sentido y las dos primeras partes de B, que aparecerán en la zona de recapitulación del segundo movimiento), y por último una coda, que empieza con el coro de niños cantando el Gloria.

Para el segundo movimiento, a Mahler se le ocurrió musicalizar la última escena del "Fausto", de Goethe. Pide que se haga semirepresentada, con la soprano que hace de virgen al fondo del escenario, invitando a Fausto desde la lejanía, y los miembros del coro un poco repartidos por el escenario (lo que puedan, porque son tantos, que generalmente tienen que estar apiñados). Al final, este movimiento es mucho más brutal que el primero. Porque es más largo y va acumulando tensión durante más tiempo. Además, como comentaba antes, va retomando elementos del primer movimiento, que nos ayudan a seguir, aunque de una manera incosciente, la estructura.

Con estos dos movimientos que he explicado, nos queda una forma que más que una sinfonía, parece un oratorio con una introducción. Mahler, evidentemente, no escribió más movimientos. Tened en cuenta que con estos dos ya tenemos para una hora y cuarto de música aproximadamente. Una orquesta gigante, que incluye órgano, piano, celesta, y dos mandolinas además de todos los instrumentos que tiene la orquesta y los que se me hayan pasado, dos coros mixtos, un coro de niños y ocho solistas, hicieron que al editor se le ocurriera bautizarla como "sinfonía de los mil". Y así se ha quedado.

Cuentan que cuando Mahler acababa de terminar de escribir esta sinfonía e iba con el manuscrito a llevársela a su editor, había nevado y al bajarse del tranvía resbaló, se cayó, las partituras se le soltaron y se cayeron por debajo del tranvía que las atropelló dejándolas en bastante mal estado. Cuentan que Mahler se puso a llorar como un niño (no es para menos), pero que afortunadamente con mucho tiempo pudieron recomponer todo aquello para que ahora, nosotros, la disfrutemos.



Y no sé que más poner. Que la sinfonía está dedicada a su mujer, Alma, que poco antes había tenido la siguiente conversación con Gustav Mahler:

-Lo que me enamora de un hombre es su inteligencia. A tí que quiero porque eres muy inteligente.

-¿Quieres decir con eso que si encontraras a alguien más inteligente que yo te irías con él?

-Tendría que hacerlo

-Bueno, de todas formas no hay problema, no lo encontrarás.

Y lo que Mahler no sabía aún era que Alma ya estaba teniendo una aventura con Walter Gropius.


3 comentarios:

  1. Esta sinfonía fue durante todo un verano (o más) mi música de cabecera. De hecho fue Mahler (concretamente el scherzo de su 5ª)quien me enseñó a leer música (según significa para mí "leer" música). Él fue, pues, mi primer maestro, al que en ese tiempo adoraba con fidelidad.

    Con la 8ª he estado muy condicionado por las opiniones del propio Mahler en cuanto a lo que quería expresar. Sin emabrgo, siempre he preferido la parte II, más cercana a "La canción de la Tierra", y en la que el propio Mahler trabajó más y sabía menos lo que hacía.

    Siempre he pensado que hay dos aspectos en Mahler, en cualquier caso, difíciles de separar: el de las grandes peroratas sobre su mundo imaginario -el que a mí más me gusta-, y el investigador -el que me parece más interesante-. Me da que aquí hay más peroración que investigación, pero eso yo no puedo saberlo.

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  2. A mi me da que la próxima va a ser el If ye love me... jajaja.

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  3. Esta semana te has adelantado y has puesto la foto pensando en Rautaavara?
    Ya tengo ganas de que llegue el viernes. Te espero, que a éste si le conozco jejeje

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