Hola chicos!
¿Habéis visto que he comprado un dominio?
Ahora el antiguo audicionescomentadas.blogspot.com se llama www.audicionescomentadas.com. El nombre es mucho más molón, donde va a parar, y yo creo que ahora tendré más visitas. Es cierto que el blog ya no es gratis (además de la considerable cantidad de tiempo que invertía en él), pero bueno, creo que merecerá la pena, y además confío en que gracias a las donaciones vía Pay-pal, conseguiré mantener el dominio. De todas formas, para los que no queráis cambiar el nombre del blog en vuestra pestaña de favoritos, no os preocupéis, porque ambas direcciones seguirán funcionando.
Hoy, aunque me toca hablar de Beethoven, voy a comenzar citando a John Cage. El texto apareció en la revista Arts News Annual en 1958:
"Hace unos días llovió. Debería haber salido a coger setas. Pero estoy aquí, pues tengo que escribir sobre Satie. En un momento de descuido dije que lo haría. Ahora tengo encima el plazo de entrega. ¿Por qué, por todos los santos, no lee la gente todos los libros disponibles sobre él o interpreta la música que hay publicada? En ese caso yo podría volver al bosque y pasar mi tiempo de manera provechosa"
Y como ayer apareció este mismo texto en una conversación de amigos, pues me apetecía comentarlo. En ningún momento penséis que hoy no quiero hablar de Beethoven... aunque no sé muy bien qué decir. Normalmente me sitúo en un punto de conocimiento más bien intermedio. No digo cosas muy básicas como que Beethoven estaba sordo, y también trato de no decir cosas muy complejas, como que en esta sinfonía se utiliza un acorde de 6ª aumentada con la quinta alterada en el bajo en el compás 267 justo antes del solo de oboe, que haya que saber música para entenderlas, pero claro, en esta sinfonía me encuentro un poco en el medio, sin saber muy bien para donde orientarme.
Beethoven escribió la quinta sinfonía después de escribir la cuarta. Y escribió la cuarta después de escribir la tercera. Esto, aunque es lo habitual, no tiene carácter de ley. Muchas veces los órdenes que utilizamos nosotros para ordenar las piezas musicales no son precisamente los órdenes cronológicos de creación. Por ejemplo, y sin ir más lejos, Beethoven empezó el primer concierto para piano antes de terminar de escribir el tercero. Además, también debería decir que empezó la quinta tras terminar la tercera, pero luego hizo un ligero paréntesis de 4 años para escribir la cuarta sinfonía, además de la primera versión de Fidelio, la sonata nº23 "Appassionata", el concierto para Violín, los cuartetos Razumovsky Op.59, el concierto para piano nº4 y la misa en DoM. Cuando Beethoven empezó a escribirla quería hacer una sinfonía triunfal, más triunfal que la tercera que era triunfal y además llevaba el título de "Heroica" y se la había querido dedicar a Napoleón, pero luego Napoleón se hizo coronar emperador y Beethoven se cabreó y toda esa historia. Lo que pasa es que bueno, hizo todo eso que os he comentado, y la cuarta sinfonía en realidad representa una especie de paso atrás en la evolución del compositor, para luego andar todo el camino desandado y pegar un salto más grande con la quinta.
El otro día me decía una buena amiga, musicóloga, algo así como: "Tu blog está muy bien, pero le faltan referencias bibliográficas", así que ahí va una cita:
"[...]antes de trabajar en el proyecto de la quinta sinfonía fervorosamente, escribió la cuarta en Sib, que parece como una vuelta al pasado desde cualquier punto de vista. Tovey afirma que "La Cuarta sinfonía es quizás la obra en la que Beethoven revela plenamente, por primera vez, su dominio magistral del movimiento". Ciertamente, puede parecer que la Quinta Sinfonía posee el espíritu de la Heroica combinado con la tersura y el sentido del movimiento de la Cuarta. Volver a la Heroica tras haber analizado la Quinta sinfonía es como observar al Beethoven de las primeras sonatas, en plena efervescencia y expansión.[...]" (1)
Vale, ya sé que no tiene mucho sentido esta cita, pero oye, a mí me proponen y yo... pues eso.
¿Qué más? El tema del principio, auténtico elemento generador de todo el primer movimiento, (Sol-Sol-Sol-Miiiiib) ha tenido múltiples intentos de explicación. El más peregrino me lo contaba hace años un muchacho tratando de convencerme de que era cierto. Decía que Beethoven se inspiró en un mendigo que llamó a su puerta durante una noche de tormenta, y que transcribió el sonido de los golpes. Extraño me resulta que una misma mano en una misma puerta realice un intervalo de 3ª mayor. Igual de peregrina, pero mucho más poética es la explicación, atribuída a Beethoven, de que ese principio simboliza el destino llamando a la puerta. No sé, no puedo asegurarlo, pero me imagino que si Beethoven quisiera simbolizar una llamada a una puerta utilizaría algo más percusivo que una sección de cuerda doblada por las trompas, y también me imagino que en una época donde aún no existía la música programática (que sigue un programa), bueno, sí existía, de hecho la sexta sinfonía, que se estrenó incluso antes que la quinta sigue un programa, lo que yo quería decir era que no era aún habitual, y el hecho de simbolizar elementos abstractos con la música lo veo yo mucho más complejo que tratar de contar una historia. Es posible que Beethoven dijera esas palabras en relación a ese elemento "Así el destino toca a la puerta", pero seguro que luego fueron sacadas de contexto.
En fin, que así están las cosas. Me he puesto a divagar y al final no he dicho nada, pero era mi intención desde el principio. Normalmente cuando pongo piezas así muy conocidas y versionadas, suelo poner enlaces a algunas versiones y tal, incluso con miedo de que los más puristas dejen de leerme. Yo antes odiaba todo este tipo de deformaciones de la música, pero ahora me divierten. Conociendo la original, no veo donde está el daño. Una de las versiones que más me gustan de esta quinta sinfonía es la que hacen "the swingle singers" versionando otra versión que es "A fifth of Beethoven", que la hizo Walter Murphy y fue uno de los hits de la era disco. Creo que apareció en la película Saturday night fever pero no estoy muy seguro porque no la vi entera.
En fin, que aquí tenéis el enlace a un sitio donde podéis escuchar la versión de la que os hablo. Aquí un video con una representación gráfica del primer movimiento (El acorde de 6ª aumentada con la quinta rebajada en el bajo (como todos los acordes de sexta aumentada, por cierto) está en el minuto 4:36). Y aquí la versión del primer movimiento por Karajan, que con todo lo que le echaron encima, no lo hacía tan mal el hombre.
Disfrutad la semana!
(1) Downs, Philip G. "La música clásica" AKAL música, Madrid, 1998. Pág.587.
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domingo, 16 de enero de 2011
viernes, 29 de enero de 2010
La novena sinfonía, de Beethoven

Muchas veces escribo en este blog sobre esta obra o sobre esta otra y no queda reflejado en el resultado final lo muchísimo que me gusta esa pieza o lo poco que me gusta esa otra. El otro día estaba yo escuchando la novena sinfonía y me dije: de este viernes no puede pasar: tengo que empezar el post del día dejando claro que no hay nada en toda la historia de la música que supere a la novena. Al menos para mí.
Muchas veces suelo decir que en toda la historia de la música, no existen los grandes genios. Simplemente hay tipos que se han dedicado a componer y por la razón que sea han escrito más que el resto y un poquito mejor, o que las circunstancias han hecho que su obra mejore por tal o cual cosa, y que luego nosotros llegamos y les encumbramos y decimos que fulanito de tal era un genio porque escribió tal pieza y que menganito también era un genio porque escribió tal otra pieza. Pero en verdad si uno empieza a interesarse por su vida va poco a poco descubriendo que no era tan genial como nos pudo parecer al principio.
Pero esta regla trae, como toda buena regla tres excepciones. Que son Mozart, Bach y Beethoven. De hecho, las tres primeras entradas de este blog hicieron referencia a tres piezas de estos tres músicos, y no era casualidad. La música, tal como la conocemos hoy se la debemos a ellos tres. Pero me atevería a decir que la novena sinfonía de Beethoven, no solo cambió la historia de la música sino que cambió la historia del mundo. De hecho, cuando se buscó hace un montón de años un conjunto de elementos que representaran a la raza humana para lanzarlos en forma de onda electromagnética y que sirvieran para decirle a alguna especie inteligente que hubiera por ahí "Hola, somos los terrícolas, ¿Qué tal se vive en esa parte del universo?" se escogió esta novena sinfonía.
Pero yo no voy a hablar de como la novena sinfonía cambió el mundo, sino como cambió la música. Lo primero que nos llama la atención de esta sinfonía es lo bonita que es, lo tremendamente intensa que es y lo bien que funciona. Pero después, en una mirada un pelín más profunda (pero solo un pelín), vemos que es más larga que cualquier sinfonía que haya habido antes. Lo normal hasta entonces era que una sinfonía durara como 25 minutos y ya veis, una hora y cuarto. También es la primera vez que aparece un coro como un grupo más de los instrumentos. Y también es la primera vez que aparecen cantantes solistas. Todo esto porque Beethoven quería dejar muy claro un mensaje:
¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario!
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.
Aquel a que la suerte ha concedido
una amistad verdadera.
quien haya conquistado a una hermosa mujer
¡una su júbilo al nuestro!
Aún aquel que pueda llamar suya
siquiera a un alma sobre la tierra.
Más quien ni siquiera esto haya logrado,
¡que se aleje llorando de esta hermandad!
Todos beben de alegría
en el seno de la Naturaleza.
Los buenos, los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos, vino
y un amigo fiel hasta la muerte;
Voluptuosidad le fue concedida al gusano
y al querubín la contemplación de Dios.
Gozosos como vuelan sus soles
a través del formidable espacio celeste,
recorred así, hermanos, vuestro camino
gozosos como el héroe hacia la victoria.
¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Qué un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario!
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.
Aquel a que la suerte ha concedido
una amistad verdadera.
quien haya conquistado a una hermosa mujer
¡una su júbilo al nuestro!
Aún aquel que pueda llamar suya
siquiera a un alma sobre la tierra.
Más quien ni siquiera esto haya logrado,
¡que se aleje llorando de esta hermandad!
Todos beben de alegría
en el seno de la Naturaleza.
Los buenos, los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos, vino
y un amigo fiel hasta la muerte;
Voluptuosidad le fue concedida al gusano
y al querubín la contemplación de Dios.
Gozosos como vuelan sus soles
a través del formidable espacio celeste,
recorred así, hermanos, vuestro camino
gozosos como el héroe hacia la victoria.
¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Qué un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar!
Es curioso que Beethoven escribiera utilizando este texto, porque él era más bien ermitaño y le gustaba poco el contacto con la sociedad. Quizá lo hiciera como una especie de catarsis. Cuentan que mientras escribía esta sinfonía les dijo a todos que esta armonizando unas cancioncillas populares, la gente pensó entonces que el gran Beethoven estaba acabado, que estaba loco, solo en una habitación armonizando canciones. Pobre hombre, debieron decir, y en realidad Beethoven había dicho eso precisamente para que lo dejaran en paz.
¿Qué se puede decir de esta sinfonía? Pues miles de cosas. Tiene cuatro movimientos. Los tres primeros tienen una forma bastante tradicional. Supongo que el primero tendrá la archiconocida forma sonata, aunque ahora no me acuerdo exactamente, una forma lied-scherzante para el segundo, y un adagio para el tercero. El cuarto ya es más complejo. Comienza recordando todos los temas que han aparecido anteriormente, por eso, el cantante comienza cantando aquello de "Amigos, dejemos esos cánticos, entonemos cantos más agradables llenos de alegría", y es entonces cuando comienza el tema del cuarto movimiento. El que canta el coro. Formalmente el movimiento es complejo, tiene una fuga bitemática en medio y todo...
Pero no hace falta entender la forma para disfrutarlo. Basta con ponerse los cascos y olvidarse del mundo.
Al funeral de Beethoven fue una cantidad ingente de gente. Cuentan que había más gente en el funeral de Beethoven que gente en todo Viena.Y después de su muerte los románticos le elevaron a la categoría de mito. Todos tenían a Beethoven como un modelo a seguir y se creía que nadie debería tratar de superar a Beethoven. Eso le costaría a uno la vida. De hecho, nadie escribió más de nueve sinfonías. Se creía que escribir una décima sinfonía traería irrmediablemente la muerte (de hecho, Schubert, Bruckner, Mahler... murieron tras terminar la novena y sin terminar la décima)
Alguien (creo que fue Alban Berg) dijo en cierta ocasión que la décima sinfonía traería un nuevo mensaje a la humanidad, un mensaje que aún no estamos preparados para escuchar.
Y todo esto quedaría muy bonito si no hubiera llegado Shostakovich con 15 sinfonías tirando por tierra todos los mitos románticos. Así que, por hoy, lo dejamos aquí.
viernes, 12 de junio de 2009
La gran fuga, Op.133, de Beethoven

Qué os voy a contar hoy que no sepais.
La verdad es que escribir sobre Beethoven da un poco de miedo. Ya parece que todo está dicho, estudiado, analizado y rematado. Sin embargo, no podemos dejarnos a los grandes por el camino.
Beethoven concibió esta fuga como un último movimiento para su cuarteto Op.130. Lo que pasa es que la densidad de la pieza y la complejidad tanto para el oyente como para el cuarteto de intérpretes hicieron que finalmente se decantara por considerarla una pieza independiente. Así pues, pasó a ser considerada como "La gran fuga"
Hay que decir que Beethoven escribió esta fuga al final de su vida. Es decir, tenía 56 años, estaba completamente sordo y ya había escrito la novena sinfonía. Esto puede parecer una tontería, pero si hablar de la madurez musical de un compositor ya suelen ser palabras mayores, hablar de la madurez musical de Beethoven es demasiado.
Como todos sabemos, Beethoven se había recluído. Su sordera le había apartado de la gente y se había dedicado a componer. Incluso, mientras escribía su novena sinfonía, cuentan, que se hizo pasar por loco. Dijo que estaba armonizando unas cancioncillas para que todos pensaran que estaba terminado y le dejaran en paz. Él sabía que era un genio, no necesitaba del calor de público, y buscaba sólo soledad y concentración. Cuando terminó la sinfonía aún escribió este cuarteto, y claro, hay que tener cuidado. Sin embargo, dicen algunos musicólogos que la mayoría de las innovaciones armónicas de Beethoven son en realidad fallos que tuvo su copista. Pero yo no me lo creo, quita demasiado romanticismo al asunto, y además, es difícil de creer que el azar haya creado este cuarteto, ¿No?
Beethoven había estado estudiando contrapunto. Ya en la novena encontramos dos fugas dobles en el último movimiento. Una fuga normal es una pieza en la que se trabaja con un solo tema siguiendo una forma prefijada, aunque lo más evidente es quizá, que todas las fugas comienzan con un tema que pasa por cada una de las voces que tenga la fuga. En nuestro caso, cuatro. Es algo realmente difícil, que muestra bien a las claras la capacidad técnica de cualquier compositor. Uno puede hacer cualquiero cosa, puesto que el material está fijado de antemano. Hoy en los planes de estudios en España se dedica un curso entero sólo a aprender a escribir una fuga. Y el aprobado cuesta sangre, sudor y tinta. Mucha tinta. Escribir una fuga doble es similar pero con dos temas. Algo realmente complejo, que pocos se han atrevido a abordar. (Aunque pueda parecer más fácil no lo es, creedme). Beethoven, en esta fuga trabaja con tres temas. Yo creo que anteriormente sólo Bach se atrevió con una de estas. Escribir una fuga tritemática debe ser horrible. Pero ya hablaba antes que enfrentarse al último periodo de Beethoven debe dar miedo. No quizá en la novena sinfonía, la más conocida, pero sí en todas las otras piezas que escribió al final de su vida. En las últimas sonatas, en los últimos cuartetos.
El cuarteto comienza presentándonos dos de los tres temas, durante 30 compases (aunque en wikipedia ponga 25, ¡no le hagáis caso!). En el compás 30 aparece saltarín el tercer tema, que funcionará como principal en la primera sección de la fuga. Esta fuga se divide en varias secciones, utilizando diversos elementos temáticos, todos presentados en esta introducción, variándolos y modificándolos, sometiéndolos a todos los procesos contrapuntísticos imaginables. Aunque en una primera escucha nos pueda parecer que suena un tema nuevo, una escucha más detenida o una partitura nos aclara que en verdad es un cambio de métrica, o una inversión o... Y el resultado, pues sí, da un poco de miedo.
Hoy os acompaño un audio. Es el cuarteto Alban Berg.
Espero que os guste
La gran fuga, Op.133
miércoles, 15 de octubre de 2008
Beethoven sinfonía nº3

Esta sinfonía fue escrita por Beethoven entre 1802 y 1806. En principio, él quería homenajear a Napoleón Bonaparte, que le parecía un buen tipo, pero cuando este último se hizo coronar emperador, pues se arrepintió. Beethoven de debió de decir algo así como: Menudo inútil ambicioso. Así que emborronó la dedicatoria, la tachó, rompió el lápiz y le hizo un boquete al papel.
Bueno, todo esto es una leyenda, pero tiene visos de ser realidad.
La tonalidad es MibM, y se dice que es quizá la sinfonía que augura nuevos tiempos románticos para la música, aunque otros teóricos defienden que en realidad ese privilegio le corresponde a la sexta, porque sigue un programa (es decir, cuenta una historia). El caso es que los que defienden la primera postura, lo hacen debido a la hiperdimensión de la forma (quiere esto decir que la sinfonía es muy grande); mientras que una sinfonía clásica dura en torno a 20 minutos, ésta necesita de un mínimo de 45 para finalizar.
Sin embargo, la orquestación es bastante clásica. Si bien es cierto que ya emplea las maderas al completo, es decir: dos flautas, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes, aún falta bastante metal. No hay trombones ni por supuesto, tuba, que aún no se había inventado. Y las trompetas, muy primitivas aún, tocan sólo en momentos puntuales. En el grupo de percusión, por ejemplo, sólo tenemos timbales. Es por eso, que la sonoridad sigue siendo clásica. (Ahora me vendrá alguien diciéndome que la sonoridad no puede ser clásica o romántica, que esto viene determinado por la armonía, que sí que hay obras plenamente románticas con este tipo de orquestación y bla bla bla... pero digo desde ya, que no voy a entrar en ese juego).
Por cierto. He leído en algunos sitios que el primer movimiento tiene tres temas (La forma sonata tritemática no existe!!) No les creáis. Creedme a mí. Dos temas. Tema A en MibM y Tema B en la dominante.
Bueno, ahora la idea esque este primer texto sea enriquecido con vuestros comentarios.
Hala, ya tenéis trabajo.
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