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viernes, 11 de septiembre de 2009

La sinfonía nº8, de Schubert


Como dije ya en alguna ocasión, Schubert era un compositor romántico que nació y vivió en Viena a primerísimos del s.XIX. Escribió un poco de todo, y todo fue bueno. Un día se le ocurrió empezar a escribir su octava sinfonía, y, misterios de lo macabro, no la acabó. Nadie sabe muy bien por qué. Muchos piensan que se murió y por eso la sinfonía se quedó a medio hacer, y sería lógico pensar tal cosa, de no ser porque posteriormente acabó una novena sinfonía y muchas más cosas. Otros sugieren que dejara la sinfonía inacabada por romper el maleficio de Beethoven y la 10ª sinfonía, leyenda según la cual ningún compositor puede escribir una décima sinfonía y vivir para contarlo, pero también esta versión es imposible, puesto que Beethoven aún no había muerto cuando Schubert abandonó la creación de su octava y de hecho aún no había escrito la novena y por tanto no podía existir la leyenda. El caso es que cuando a alguien se le dice que probablemente la dejara a medio hacer porque no le gustaba como estaba quedando ese alguien no suele creérselo. Luego hay muchas posibles explicaciones, como que sí que está terminada, solo que no sabemos donde, o que en realidad el entreacto de rosamunda es el final de la octava. Pero todas son posibles respuestas muy muy cogidas por los pelos. De hecho, se conserva el principio del tercer movimiento, lo que atestigua que quiso terminarla y por algún motivo no lo hizo. Pero no me preguntéis por qué.

Evidentemente, fue una de las muchísimas partituras que fueron apareciendo en su casa a lo largo del siglo XIX, después de su temprana e imprevista muerte, cuando a Liszt, a Chopin y a Mendelssohn les dió por decir que Schubert era, en verdad, un genio.

La sinfonía, aunque incompleta queda bien como está. Un primer movimiento allegro moderato con forma sonata, y un segundo movimiento, Andante con moto que no sé exactamente qué forma tendrá, pero me imagino que un ABA aunque luego vuelve a aparecer B al final, así que diremos que se trata de un lied ampliado, (ABAB)

Y no sé que más contar de esta pieza, hoy quería hablar de las schubertiadas, y del último año de la vida de Schubert, prolífico como ninguno y de su misteriosa muerte de sífilis, y del último profesor que tuvo al que le dijo: "Sí, mañana vengo a la misma hora", pero no fue y de mil cosas más, pero serán cosas que tendrán que esperar. ¡Me han invitado a cenar! Pero sí quiero hacer una reflexión acerca de lo que me decía el otro día una muchacha. Me decía que la música de Schubert no le gusta, que le recuerda a la de Amaral. Yo pienso que quizá, mi amiga y el propio Schubert sean las dos únicas personas en el mundo a las que la música de Schubert no les pone los vellos de punta, porque a mí me parece una genialidad.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La muerte y la doncella, de Schubert


Schubert, Franz Peter para los amigos, era un vienés que nació en Viena en 1797 aproximadamente. Muchos le consideran el primer romántico, y no voy a ser yo quien desmienta esta idea. Admiraba bastante a Beethoven, que aunque no había nacido en Viena andaba por allí cuando Schubert creció. Bueno, en verdad todo Viena admiraba a Beethoven. El caso es que Schubert se hizo compositor, y escribió un poco de todo. Música orquestal, sinfonías, misas, música de cámara, y sobre todo, lieder. Le gustaba mucho coger textos de Goethe y hacer canciones con ellos. Yo me imagino que para un Vienés Goethe y Beethoven debían estar al mismo nivel más o menos.
Al caso. Que para uno de los lieder decidió coger un texto de otro autor. De Matthias Claudius concretamente, que se titulaba "la muerte y la doncella"
El texto decía algo así:

Das Mädchen:
Vorüber, ach vorüber!
Geh, wilder Knochenmann!
Ich bin noch jung, geh, Lieber!
Und rühre mich nicht an!

Der Tod:
Gib deine Hand, du schön und zart Gebild!
Bin Freund und komme nicht zu strafen.
Sei guten Muts! Ich bin nicht wild,
Sollst sanft in meinen Armen schlafen.

Que traducido al castellano podría ser:

La doncella:
¡Lárgate, ah lárgate!
¡Vete, cruel esqueleto!
¡Soy aún joven, sé amable y vete!
¡y no me toques!

La muerte
¡Dame tu mano, dulce y bella criatura!
¡soy tu amigo y no vengo a castigarte!
¡Confía en mí! ¡No soy cruel!
¡Déjate caer en mis brazos y dormirás plácidamente!

El lied, obviamente se tituló: "La muerte y la doncella"
Pero no es esa la obra de esta semana, porque tiempo desués, en 1824, Schubert tomó el tema principal de este lied y con él construyó un cuarteto de cuerda. El que lleva, concretamente el nº14, que también se llama "La muerte y la doncella"
Inicialmente no tuvo éxito, y de hecho a Schubert le costó trabajo encontrar un editor, y de hecho sólo se estrenó en vida del autor el primer movimiento cuando era Schubert el que estaba a punto de morir. Luego ya se publicó, en 1832, se hizo popular, gracias al violinista David Oistrakh, fue orquestado para cuerdas por Gustav Mahler, y citado en multitud de piezas. Una de las más curiosas es la cita que hace George Crumb en su cuarteto "Black Angels" donde aparece el tema del segundo movimiento tocado sobre el tasto de los instrumentos, y anulando toda resonancia. Están tocando "al revés" y así consigue una sonoridad, como de viola antigua. Pero eso ya es otra obra...
Luego el poeta chileno Nicanor Parra tomó el texto y le dió 3 vueltas de tuerca, para crear un poema que también se tituló "la doncella y la muerte". Pero no lo voy a copiar aquí, eso sí que es otra historia...

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