sábado, 7 de abril de 2012

... y fin.

Todo lo que empieza acaba. La verdad es que he tardado en decidirme, pero tengo que ponerle un punto y final a esto. Ya lo dijo alguien alguna vez, que si estas solo en algo, no lo podrás alargar hasta el infinito.

Se me ocurre que puedo hacer una lista de las piezas que he ido comentando en estos 2 o 3 años de blog con un enlace al comentario correspondiente. Así si pasas por aquí y te apetece leer algo en concreto, será fácil de encontrar.

Gracias a todos los que leísteis, comentasteis y en definitiva, hicisteis esto posible. Sin vuestros comentarios y vuestros mensajes de ánimo esto hubiera terminado muchísimo antes.

Mientras no dejemos de empezar estaremos vivos.

Albinoni: Adagio
Albéniz: Iberia
Anónimo: Gaudeamus Igitur
Bach: El arte de la fuga
Bach: La ofrenda musical
Barry: La banda sonora de "Memorias de África"
Bartók: El concierto para orquesta
Beethoven: Sinfonía nº3
Beethoven: Sinfonía nº5
Beethoven: Sinfonía nº9
Beethoven: La gran fuga, Op.133
Berg: Concierto para violín y orquesta
Berio: Folk Songs
Berio: Sinfonía
Berlioz: Sinfonía fantástica
Bock/Williams: La banda sonora de "El violinista en el tejado"
Boulez: Structures
Bragado: Sociedades Modernas I
Bragado: Das, la muchacha naranja
Brahms: Sinfonía nº1
Brahms: Sinfonía nº4
Brahms: Concierto para Violín y orquesta
Cage: 4'33''
Carissimi: Jefté
Crumb: Makrokosmos
Crumb: Angeles negros
Crumb: Vox Balaenae
Du Fay: Nuper Rosarum Flores
Dvorak: Concierto para Violonchelo y orquesta
Falla: El amor brujo (1ª versión)
Freed: Cantando bajo la lluvia
Gershwin: La banda sonora de "Un americano en París"
Gesualdo: Io parto e non piu dissi
Giacchino: La banda sonora de "Up"
Glass: La banda sonora de Koyaanisqatsi
Goldsmith: La banda sonora de "El planeta de los simios"
Gorecki: Sinfonía nº3
Haydn: Las siete últimas palabras
Haydn: La sinfonía nº45
Hindemith: Matías el pintor
Holst: Los planetas
Händel: Música para los reales fuegos artificiales
Kleinjans: Al alba del último día
Lachenmann: Ein Kinderspiel
Ligeti: El gran macabro
Ligeti: Música ricercata
Ligeti: Cuarteto de cuerda nº2
Ligeti: Requiem
Lutoslawski: Concierto para violonchelo y orquesta
Machaut: La misa de notre dame
Mahler: Sinfonía nº4
Mahler: Sinfonía nº8
Mahler: La canción de la tierra
Mahler: Sinfonía nº10
Mendelssohn: El sueño de una noche de verano
Messiaen: Sinfonía Turangalila
Messiaen: El cuarteto para el fin del tiempo
Milhaud: El buey sobre el tejado
Monteverdi: L'Orfeo
Mozart: Sinfonía nº25
Mozart: La flauta Mágica
Mozart: Requiem
Orf: Carmina Burana
Pachelbel: Canon
Paganini: 24 caprichos Op.1
Palestrina: La misa del papa Marcello
Penderecki: Treno
Penderecki: La pasión según S.Lukas
Penderecki: Las siete puertas de Jerusalem
Perotin: Sederunt principes
Perotin: Viderunt omnes
Prokofiev: Pedro y el lobo
Prokofiev: Concierto para piano y orquesta nº2
Prokofiev: La banda sonora de "Alexander Nevski"
Puccini: Turandot
Pärt: Fratres
Rachmaninov: Concierto para piano y orquesta nº2
Rautaavara: Cantus Articus
Reich: Clapping music
Reich: Piano phase
Reich: Different trains
Riley: The cusp of magic
Riley: In C
Rzewski: 36 variaciones sobre "El pueblo unido jamás será vencido"
Rzewski: Coming Together
Saint-Saëns: Sansón y Dalila
Saint-Saëns: El carnaval de los animales
Saint-Saëns: Danza macabra
Sakamoto: La banda sonora de "El último emperador"
Satie: Deportes y diversiones
Schnittke: Concerto grosso nº1
Schoenberg: Un superviviente de Varsovia
Schubert: Sinfonía nº8
Schubert: La muerte y la doncella
Schumann: El álbum para la juventud
Scriabin: Prometeo
Shostakovich: La suite de jazz
Shostakovich: La sinfonía nº5
Steiner: La banda sonora de "Lo que el viento se llevó"
Stockhausen: Gruppen
Stockhausen: Klavierstück IX
Strauss: Sinfonía Alpina
Strauss: Salomé
Stravinsky: Historia de un soldado
Stravinsky: La consagración de la primavera
Tallis: If ye love me
ten Holt: Canto ostinato
Tschaikovsky: Sinfonía nº5
Tschaikovsky: Sinfonía nº6
Ustvolskaya: Gran dueto para violonchelo y piano
Ustvolskaya: Sinfonía nº4
Verdi: Aida
Victoria: Officium Defunctorum
Vitry: Garrit gallus flendo dolorose
Vivaldi: Las cuatro estaciones
Wagner: El anillo del nibelungo
Wagner: El idilio de Sigfrido
Wagner: Tristán e Isolda
Walton: Concierto para violín y orquesta
Webern: Sinfonía Op.21
Williams: La banda sonora de Star Wars
Zimmermann: Requiem por un joven poeta
Zimmermann: Música para las cenas del rey Ubú

jueves, 13 de octubre de 2011

Structures, de Boulez

Dicen los entendidos en música que Structures, de Boulez es la primera pieza que utiliza el serialismo integral. Pero eso no es cierto, porque los entendidos (otros distintos, claro) dicen que la primera pieza que utiliza este sistema es "Tres piezas tempranas", de Milton Babbit, compositor americano que falleció el mismo día que John Barry, solo que era menos famoso y nadie le hizo publicidad. El caso es que siempre que he puesto la música de Babbit en las encuestas se ha quedado sin votos, así que no os lo he podido contar antes.

Al grano, algunos os estaréis preguntando ¿Qué carajo es eso del serialismo integral? ¿Una nueva moda perpetrada por los amantes de la comida macrobiótica que no tienen bastante con el arroz integral, que ahora nos traen el serialismo integral? No, no tiene nada que ver. Y lo voy a explicar,porque aunque los entendidos en música (y los que siguen este blog desde su creación) ya saben lo que es el serialismo integral, los más jóvenes y los que solo se acercan a la música desde una perspectiva de aficionado, (los destinatarios de este blog, por cierto, el que sepa mucho y quiera aprender más, que se compre un libro...) no tienen por qué conocerlo.

En 1950, Messiaen, compositor francés escribió una pieza titulada "Modo de valores e intensidades" esta pieza era para piano y utilizaba una serie de alturas determinadas, y cada nota llevaba asociada una intensidad una duración y un ataque determinados. Hubiera sido quizá una pieza anecdótica dentro del catálogo de Messiaen, de no ser porque un alumno suyo la tomó como punto de partida para crear una música nueva. Boulez quería hacer algo que sonara a novedad y que no tuviera nada que ver con el pasado, ni con Mahler, ni con Beethoven, ni siquiera con Schoenberg. Tenía como referente a Webern, cuya música era algo así como un paso más allá de donde se quedó Schoenberg, pero claro, no era suficiente. Schoenberg había desarrollado el serialismo, que consistía en tomar la escala de doce tonos, crear una serie de doce notas y en base a esa serie construir todo el material melódico y armónico. Webern, alumno de Schoenberg, utilizó el mismo sistema, pero con la diferencia de que Shoenberg usaba formas tradicionales, mientras que Webern utilizaba la serie también como elemento generador de una forma. Así pues, Boulez decía que el auténtico revolucionario era Webern, y no Schoenberg. (Schoenberg, de todas formas nunca se consideró un revolucionario).

Total, que lo que hizo Boulez fue utilizar no solo doce sonidos como elemento generador de estructuras melódicas y armónicas y estructurales, sino que serializó los demás elementos: tipo de ataque, intensidad y duración. Y de tal manera se le fue la cabeza a Boulez, que en realidad se podría decir que lo que él hacía era un plano, de modo que la música ya se escribiera sola, en base a unas matrices y unas cosas muy complejas que no voy a explicar ahora. ¿Qué pasó entonces? Que esta novedad les encantó a unos cuantos y disgustó a otros cuantos. Más o menos les encantó a los compositores y le disgustó al público que empezó a alejarse de la sala de conciertos. Pero en realidad estuvo bien, porque abrió las puertas a nuevas maneras de hacer las cosas. Antes venía pensando en el autobús que siempre se ha dicho que la música contemporánea empieza con la décima sinfonía de Mahler, o con el preludio Tristán, de Wagner. Yo siempre he pensado así, de hecho, pero ahora empiezo a pensar que la verdadera música contemporánea debería empezar con Webern. Yo creo que tanto el acorde Tristán, como la décima sinfonía de Mahler, como toda la música de Debussy, Stravinsky, Bartok, etc. no es más que un desarrollo de la música tonal, el camino inevitable a seguir. Y creo que deberíamos entender el sistema serial como el fin último de la tonalidad, al fin y al cabo, el sistema serial no está tan alejado de la tonalidad (y ahora alguno vendrá y me pegará, pero como me fui de España, pues que me busque...). Luego me imagino la música de Webern y este serialismo integral del que hablamos hoy, como una transición hacia lo que de verdad es la nueva música, que empezaría en los ´60. Una música que ya no toma sus elementos generadores en la música inmediatamente anterior, sino que se remonta al renacimiento, a las músicas del mundo, o a cualquier otra fuente, y que resulta, por lo tanto, "nueva".

El hecho de que Boulez no pensara la música según la escribía, sino que esta respondiera a un plan pre-creado, la hace un poco dificil de escuchar, pero de todas formas, si alguien se atreve, aquí hay un enlace a youtube. Sin embargo, lo que consiguió este tipo de música es que ya no prestáramos atención básicamente a la armonía y la melodía y poco más, sino que los compositores empezaran a tomar en consideración también elementos como el timbre, la textura, la intensidad, y abrieran la puerta a un mundo infinito de posibilidades, nuevas y geniales.

Hala, ya lo he dicho.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La banda sonora de "El violinista en el tejado", de Bock/Williams

Hola!
A ver como empiezo yo hoy.
Hace mucho tiempo, nació Jerry Bock. Nació en 1928, en New Haven, estudió música y se trasladó a Nueva York donde empezó a trabajar para la industria del musical. En Nueva York conoció a un tipo que se llamaba Sheldom Harnick y que era cuatro años mayor que él. Harnick también era músico, pero además de eso era letrista, así que pronto Bock y Harnick se hicieron amigos y empezaron a trabajar juntos. Como era de esperar, hicieron muchos musicales de Broadway, pero uno de ellos es especialmente bonito, se trata, como todos os imaginaréis, de la pieza de esta semana, "El violinista en el tejado". Pero no es un violinista cualquiera, es un violinista que se dedica a tocar música tradicional, no clásica, porque en inglés hay dos palabras (que yo conozca) para decir "Violinista", "Violinist", que es el que toca música clásica y esas cosas, y "Fiddler", que es el que hace más bien música tradicional. Esta película habla del segundo. En realidad tampoco habla de un violinista, habla de un lechero, lo que pasa es que utiliza la metáfora del violinista en el tejado para relacionar las dificultades del protagonista para mantenerse en pie con las de un violinista que estuviera en un tejado. Bueno, es un poco complicado.

El argumento está tomado de un relato corto de Sholem Aleichem, un escritor del siglo XIX, que escribió un cuento titulado "Las hijas de Teyve" o "Teyve el lechero" (la verdad es que como él lo escribió en yidish, ahí cada uno lo traduce como quiere). La historia creo que será conocida. Habla de Teyve, un lechero que vive en una aldea ucraniana (creo que en Ucrania, no estoy seguro, pero en la Unión Soviética, seguro), y tiene cinco hijas en edad casadera. Y bueno, la película trata de la sociedad cambiante de la época y como el hombre sobrelleva esos cambios como puede, con sentido del humor. Más o menos es eso, pero pasan muchas más cosas y lo bonito de esta película es verla y escuchar la música, así que voy a intentar no reventar el final y más o menos generar interés en ella a quien no la haya visto. Por ejemplo, con este video correspondiente a la primera escena de la película.

Como el musical tuvo mucho éxito, y se interpretó 3242 veces, los de hollywood no se lo pensaron dos veces y decidieron llevar el musical a la gran pantalla. Para rodar la película eligieron un pueblito de Yugoslavia, porque no querían hacerla en Estados Unidos. Querían que el resultado fuera lo más auténtico posible, así que se marcharon a una aldea de Yugoslavia que vivía como si siguieran en el siglo XIX. De hecho no conocían Hollywood y no habían visto una cámara de televisión en su vida...

Luego querían que el arreglo musical fuera hecho por el mismo Jerry Bock, pero este no podía así que llamaron a John Williams. El mismo, que se encargó de arreglar las piezas para que encajaran y escribir la música adicional. Me parece que en algún sitio leí que John Williams había trabajado en la orquestación del musical, pero me extraña, así que probablemente me falle la memoria. El caso es que John Williams por aquélla época no era tan famoso como ahora ( Spielberg no había hecho todavía "Tiburón" que fue la que más o menos le hizo famoso en el mundo, y Lukas tampoco había hecho "Star Wars", y ya sabemos todos lo que pasó con "Star wars"). Total, que Williams aceptó el trabajo y ganó el Oscar al mejor arreglo musical.

Y con eso, terminamos por hoy!

lunes, 19 de septiembre de 2011

El gran macabro, de Ligeti

Bueno, ya está bien de vacaciones, vamos, digo yo.
Hace ya dos meses que tenía que haber actualizado esto, así que habrá que pedir disculpas por la inconsistencia. Pero claro, casi tres años hablando de música... se hace difícil seguir. Así que no prometo nada.

El caso es que vamos al lío. De Ligeti ya he hablado en este blog un montón de veces, pero hoy me apetece hacer un repaso. Nació en Hungría, en un pueblito de Transilvania. Lo que pasa es que ahora ese pueblito pertenece a Rumanía y en algunos sitios se leerá que nació en Rumanía, pero en verdad cuando él nació, era Hungria. Empezó a tocar el piano en casa de un amigo con 14 años más o menos, y le gustaba la música de jovencito, pero tampoco le prestaba mucha atención. Cuando se hizo más o menos mayor, intentó entrar en la universidad para estudiar física, pero no le dejaron debido a su origen judío, así que como la música también le gustaba y en el conservatorio no había restricciones, se fue al conservatorio. Con la guerra mundial tuvo que dejar los estudios y hacer trabajos forzosos para el régimen, pero sobrevivió y volvió a la academia. Cuando terminó de estudiar empezó a dar clases en la misma universidad, a componer y a estudiar los cantos tradicionales de su pais. Sin embargo, el régimen dictatorial no le daba mucha libertad de acción, ocultaba los progresos que se estaban alcanzando en Europa y le llegó a censurar alguna pieza, así que una noche Ligeti se hartó y se fue.

Llegó a Alemania donde conoció a Stockhausen, y empezó a trabajar en el laboratorio de música electrónica que dirigía el propio Stockhausen. Hizo tres piezas electrónicas pero se cansó rápido y empezó a trabajar para orquesta. Llevó un poco el lenguaje de la electrónica al mundo instrumental, y esto le dirigió a una estética dominada por las masas sonoras, que fue más o menos lo que imperó en su música durante los años '60.  Se hizo famoso en Europa y en América, quizá debido a su monumental Requiem, o quizá debido a la interesantísima "Atmosferas", algunos dicen que porque su música apareció en la película 2001, pero el caso es que ligeti decidió no quedarse haciendo lo mismo que le había dado fama una vez y siguió investigando. Los años '70 se convirtieron en una década de experimentación, donde Ligeti no tiene un estilo definido. Utiliza citas de otras músicas, utiliza el espectralismo, utiliza el surrealismo, utiliza procedimientos clásicos...

Esta ópera es de 1975, es decir, de la década de experimentación. Está basada libremente en "La balada del gran macabro", de Michel de Gelderode. Gelderode fue un escritor surrealista Belga. La obra, como surrealista que es es dificil de entender. Se desarrolla en una etapa cercana al fin del mundo. Un tipo, Nekrotzar viene a anunciar el fin del mundo, se junta con un borracho y con un catador de vinos y juntos llegan a la corte del príncipe gogo a anunciarle el fin del muno. El problema es que el príncipe está más interesado en el vino que en escuchar a Nekrotzar, y Nekrotzar por su parte, piensa que el vino tinto es sangre, por lo que todos se cogen una buena. Al día siguiente no saben si el mundo se ha acabado o no, y cada uno vuelve por donde vino. Más o menos, así muy muy resumido, ese es el argumento de la pieza de teatro. La ópera cuenta una historia similar. Ligeti utiliza un lenguaje heterodoxo. Inserta citas de Beethoven, Rossini y Verdi. Numerosos pasajes incitan a la sonrisa, como el preludio escrito para bocinas de automóvil, la escena en la que se repite la misma música, pero con timbres, o alguna que otra escena que no voy a desvelar.

De esta ópera escribió varias versiones. La primera, de 1975, larga y con muchas partes recitadas. Pero se ve que no funcionaba muy bien, así que recortó algo y de ahí salió la segunda versión, de 1978. Después, juntando algunos fragmentos más chulos, hizo algo así como una suite de la ópera. Aunque no es una suite propiamente dicha, es más bien una pieza independiente que utiliza material de la ópera. Se llama "Mysteries of the macabre". Esta pieza es para voz femenina y orquesta de cámara. Alguien me contó una vez, aunque yo nunca lo he verificado, que el día que iban a estrenar esta piececita, la cantante falló un par de días antes del estreno. Como no podían encontrar a nadie que hiciera el papel, el trompetista de la orquesta dijo: "Eso se puede hacer con una trompeta", así que lo hicieron con trompeta. Nueva versión. Y después, también hay un arreglo de está última versión para trompeta y piano con percusión, pero creo que el arreglo no es del propio Ligeti. Aquí hay un video muy chulo de esta última versión, y aquí la versión con soprano y orquesta.

Qué más. Después de los '70, Ligeti siguió experimentando, conoció a Simha Arom que era un etnomusicólogo que se había ido a África de joven y había estudiado la música de los pigmeos de allí de África. Total, que Ligeti se quedó pillao con las polirritmias africanas y estuvo toda la década de los '80 trabajando polirritmos. Además, en esta época volvió al piano y escribió los tres cuadernos de estudios y el concierto para piano y orquesta. Y luego en los '90, con 70 años, pues empezó a investigar otra vez, pero ya estaba mayor y delicado de salud, así que escribió pocas cosas, aunque hay que decir que sublimes. El concierto para violín, de 1992 es una de sus piezas (para mí) más bonitas. Y en el segundo movimiento utiliza un tema melódico cogido de su música ricercata (escrita 40 años antes).

Y ahora hay una versión de esta ópera, versión española de "la fura del baus" de gira por el mundo. O por lo menos estaba de gira hace algunos meses. Si la encontráis por ahí, no olvidéis comentar que tal por aquí!.

sábado, 16 de julio de 2011

El concierto para Violín y orquesta, de Brahms

Brahms era un tipo con muy mal caracter, eso ya lo sabemos. Se liaba a escondidas con la mujer de Shumann (bueno, eso lo digo yo, aunque no tengo ninguna prueba científica, pero como me gusta meterme con Shumann, pues voy diciendo que su mujer se juntaba con Brahms), pero Brahms tenía realmente mal caracter y caía mal a mucha gente. Una vez Hans Rott iba en un tren e hizo pararlo porque decía que Brahms había puesto dinamita en el tren y que todos iban a morir. Nunca se supo si el tal Rott quería desprestigiar a Brahms o simplemente estaba loco. Por si las moscas, le ingresaron en un hospital Psiquiátrico y allí se quedó. Pero como no estamos hablando de Hans Rott, sino que estamos hablando de Brahms, cambio de párrafo.

Todos sabemos (y para los que no lo sepan lo explico yo aquí) que la etapa creativa de Brahms se divide en tres períodos. Por un lado está el primer período en el que escribía música para piano intentando ser un pianista virtuoso como muchos otros que florecían por aquélla época. Una segunda etapa en la que se da cuenta de que como virtuoso no tiene grandes cosas que hacer y decide hacerse sinfonista, esta es la etapa en la que escribe todas las piezas para orquesta más famosas, que si las sinfonías, etc y luego está la última etapa en la que se aburre de escribir cosas para orquesta, que se tarda mucho tiempo, y vuelve al piano y a la música de cámara, pero en un estilo que no era tan virtuosístico como las piezas virtuosísticas que se llevaban. Total, que el concierto para violín es, obviamente, de su segunda etapa.

El concierto para violín es su op.77, y lo escribió en el verano de 1878, cuando tenía 45 años. Pero resulta que Brahms no sabía tocar el violín, así que después de escribirlo dejó que su amigo Joseph Joachim lo revisara. Joachim le dijo un montón de cosas sobre técnica, y sobre pasajes que no debían estar muy bien escritos y Brahms debió hacerle caso, aunque se le atribuye una frase bastante ambigua que dice algo así como "Los ignoro a ustedes, los violinistas, cuando me siento poseído por el espíritu". La frase no deja nada claro si lo que quería Brahms era decir que le importaba un pimiento la técnica del violín o que le importaba, pero no se daba cuenta de lo que hacía al escribir porque se emocionaba.

Total, que hace tiempo me contaron una anécdota sobre este concierto que no sé si será cierta o no. Me contaron que Brahms pensó en dárselo a Sarasate para que este lo estrenara. Me imagino que ahí está el primer error, porque si lo corrige Joachim, lo lógico sería que lo estrenara Joachim. Pero bueno, al lío. El caso es que la leyenda cuenta que Brahms se lo ofreció a Sarasate. Sarasate lo miró, vió el segundo movimiento y se negó a estrenarlo porque este segundo movimiento empieza con un solo de Oboe. (Solo de oboe, por cierto, que Bruch decía que Brahms había tomado de una canción popular bohemia) Entonces decía Sarasate que no iba a estar con los brazos cruzados mientras otro tocaba la melodía solista, siendo él el solista. Otra gente dice que lo que en verdad pasó es que Sarasate mandó callar al oboísta e hizo él el solo y otros cuentan que esa anécdota ocurrió pero con otro violinista.

El caso es que aquí está el segundo movimiento.
¡A disfrutar como niños!

sábado, 9 de julio de 2011

El anillo del nibelungo, de Wagner

Pues eso, que Wagner era un tipo alemán, que un día se le fue la pinza y dijo: Voy a escribir una ópera que dure cuatro días. Y de ahí salió el anillo de los nibelungos. Pero todo empezó mucho antes. Mucho, mucho. Resulta que Wagner no era de estos tipos que estudian música desde jovencitos. Él empezó tarde, con 15 años, creo, y le gustaban muchas cosas distintas. Le gustaba la literatura, le gustaba la música y le gustaba el teatro. Al principio empezó escribiendo óperas según la tradición heredada de Meyerbeer y compañía, pero pronto decidió crear un tipo de ópera nuevo. Una ópera germana.

Hasta entonces, Alemania tenía un fuerte peso musical en lo que a repertorio sinfónico se refiere, pero no era muy importante en cuanto a ópera se refiere. Aunque se habían escrito óperas en Alemania, por supuesto, la ópera en aquélla época era o bien italiana o bien francesa, en cuanto a estilo, claro, porque el texto podía estar escrito en alemán, como en la flauta mágica, por ejemplo. Pero a Wagner se le ocurrió que podría hacer un tipo de música que ensalzara al pueblo alemán y para ello tomó elementos sinfónicos de la tradición sinfónica y también elementos motívico-temáticos de las mitologías nórdicas. Escribió muchas óperas, pero yo hoy voy a hablar de "El anillo de los nibelungos". Y ya sé que en el título pone "Del nibelungo", pero creo que la traducción real debería ser en plural, porque en alemán es "Der Ring des nibelungen".

El argumento es bastante complejo, porque también la ópera es bastante larga. Aunque muchos digan que se trata de una tetralogía, en realidad debe ser considerada como una trilogía. Hay tres partes, "La walquiria", "Sigfrido" y "El ocaso de los dioses", precedidas por otra ópera, más pequeñita, que se llama "El oro del Rhin", pero claro, el Oro del Rhin es una especie de preludio/introducción, que viene a situarnos en la acción, es como un antes. Además, Wagner lo entendía así. El libreto está creado a base de fundir cuentos y mitologías germánicas y nórdicas y cuenta la historia de un anillo de poder. Muchas de las leyendas coinciden con las que tomó Tolkien para su celebérrimo "El señor de los anillos".

En nuestra Tri-(tetra)-logía, todo empieza con unas ninfas que viven en el Rihn que tienen un oro que si lo fundes y haces un anillo con él puedes dominar a los que haya a tu alrededor, pero para fundirlo tienes que renunciar para siempre al amor. En eso que llega un nibelungo, (mitad enano y mitad elfo (pero elfo de verdad, no elfo tipo el señor de los anillos; los elfos eran pequeños y feos y peludos y con las orejas grandes), pero además, nuestro nibelungo era negro). Pues eso, que el nibelungo intentó ligar con las ninfas del Rhin y ellas se ríen de él. Le dan esperanzas pero en verdad sólo quieren meterse con el muchacho, así que el nibelungo en un pronto renuncia para siempre al amor verdadero, les quita el oro, se va a su casa que está debajo de la tierra y somete a todos los demás nibelungos. Ese es el principio de la película, y si sigo contando con ese nivel de detalle, nos podemos tirar catorce horas escribiendo y leyendo. Así que os cuento un poco por encima. Wotan es una especie de semidios que ha pedido a unos gigantes que le construyan un castillo que se llama Walhalla. Pero cuando los gigantes terminan no les quiere pagar (no os voy a decir el precio del castillo, hala) y les dice que si eso les da el tesoro del nibelungo, anillo incluído. Como el nibelungo es tongo, se baja a hacerle una visita y se lo roba. Por tanto el anillo pasa a manos de los gigantes, que no saben usarlo y lo tienen guardao.

Luego hay dos hijos de Wotan, que son gemelos pero no lo saben y se enamoran tienen a su vez otro hijo. No me acuerdo muy bien por qué, (porque ví la ópera hace mucho tiempo y no me apetece volver a verla ahora y además si me equivoco en el argumento podéis verla vosotros y salir de dudas o quizá la habéis visto ya) Wotan se enfada con el hijo este y encarga a una Walkiria que lo mate, pero la Walkiria no le hace caso, así que Wotan la castiga a dormir hasta que un caballero la despierte. La rodea de fuegos y tal para que sólo uno pueda ser el que acceda a su lecho (Wotan que no era tonto, sabía bien quién iba a ser ese uno...) Total, que ese uno se llamaba Sigfrido y casualmente era el hijo del hijo de Wotan, cuya madre lo había entregado a otro nibelungo que tenía una relación familiar con el primero (ya vamos por la segunda-(tercera) opera de la tri-(tetra)-logía. El chaval se había criado con este hombre y un día decide volver a forjar una espada mágica que su abuelo le había hecho llegar a su padre de alguna manera un poco artúrica y que bueno, si la volvía a forjar tendría una espada muy poderosa. Con esa espada mata al dragón y le quita el anillo. Sigfrido tampoco sabe utilizarlo, pero como es fuerte y valiente consigue rescatar a la walkiria y se queda a vivir con ella. Al final, unos chavales le hacen una especie de lavado de cerebro a Sigfrido para que les entregue a ellos a la Walkiria y el anillo, lo que acaba con la poca paciencia que le quedaba a la walkiria, que coge el anillo y se lo devuelve a las ninfas del Rhin y al final todos se mueren.

Como véis, lo que he contado es una versión libre de lo que pasa en realidad. La ópera tiene mucho más sentido y pasan muchas más cosas, por supuesto. De hecho, si la veis entera, podéis pasaros como 15 horas en el teatro. Por eso se hace en cuatro días.

El problema con el que se encontró Wagner cuando terminó de escribir la ópera era que había utilizado muchos instrumentos pesados (tubas wagnerianas, trombones contrabajos, trompetas bajas) además de una orquesta bastante gigante, por lo que no podía representarla en ningún sitio. Wagner necesitaba un teatro creado especialmente para hacer su ópera, además de una publicidad apropiada y un montón de cosas por el estilo. El teatro que buscaba Wagner debía tener a la orquesta literalmente debajo del escenario, para que así la orquesta no tapara a los cantantes. Como montar un teatro así debía de ser caro, a Wagner se le ocurrió escribir una carta a todos los príncipes y personajes pudendos de Alemania pidiéndoles dinero para el proyecto. A cambio en la carta les decía que había desarrollado un tipo de música genuínamente germánica y que eso era lo que Alemania necesitaba para ser superior y tal. La carta no tiene desperdicio. Yo la leí no sé muy bien donde, pero como ahora vivo sin mis libros, pues no la puedo ni siquiera buscar. En fin, que al final un principe alemán, Ludwig II, de Baviera aceptó y le montó un teatro molón en Baireuth. Y entre todos decidieron montar un festival cada año con las óperas de Wagner.

Hoy en día se sigue haciendo, cada año, por estas fechas (un poco más tarde creo yo) todos los seguidores de Wagner se juntan en Baireuth a escuchar sus óperas y pasan una muy buena semana. Perdón! ¿Dije todos? No, todos no, porque la lista de espera para conseguir una entrada es lo que se dice... inmensa. Años y años hay que esperar para poder asistir. Yo creo que todavía debe haber algún contemporaneo de Wagner en esa lista....

En fin, que esto ha sido por hoy. No pongo enlace a Megaupload, porque cualquiera tiene paciencia para subier toda la ópera, y además, dudo que donde estoy sea legal, y no me atrevo a poner enlaces, pero pongo un enlace a un video a Youtube.

Como toda la ópera está genial, cojo un fragmento al azar. Ea

La semana que viene... más.

domingo, 3 de julio de 2011

Vuelta a la carga.

Yo creo que ya está bien de vacaciones, ¿no?
Tuve que dejar el blog de manera brusca por problemas de salud y luego cambié mi domicilio y estuve esperando un poco a asentarme y tal, pero bueno, ahora ya estoy totalmente recuperado de las dos cosas, en mi nueva ciudad y sin trabajo, así que creo que puedo volver otra vez a esto.
Y traigo novedades. A partir de ahora me gustaría compartir la experiencia de escribir audiciones comentadas con más gente. Si te apetece escribir sobre música, cualquier música, y quieres ver tu artículo publicado y no te importa hacerlo gratis, puedes enviarmelo a "audicionescomentadas@gmail.com" y si cumple con unos mínimos de calidad, que seguro que sí, pues lo publicaré con tu nombre y tu apellido y si quieres que enlace a tu página, pues también el enlace. Estaría bien que incluyeras un enlace para poder escuchar la pieza de la que hables...

Yo por mi parte seguiré escribiendo más o menos en el mismo estilo que antes, intentaré hacerlo todas las semanas pero no aseguro nada y cuando pueda introducir algún artículo ajeno, pues irá también semanalmente y esa semana no escribiré yo. (creo que no se me ha entendido, pero da igual, ya veremos como avanzamos en esto)

Y qué más, que una de las cosas que más me criticaron fue que desaparecieron las encuestas de ¿Y para la semana que viene...? Así que las pondré de nuevo.

Y que espero que esta nueva etapa de audiciones comentadas sea de vuestro agrado y me visitéis mucho y me hagáis donativos a través de Pay-pal y todo eso.

Ea!

sábado, 30 de abril de 2011

El officium defunctorum, de Victoria.

Victoria probablemente sea el mayor compositor español de todos los tiempos. Hubo una época en la que España exportaba cultura al resto del mundo. Una especie de globalización española. El siglo de oro, debe llamarse, y fue en esa época donde tres de los compositores más importantes a escala mundial eran españoles. Francisco Guerrero, Cristóbal de Morales y Tomás Luis de Victoria.

Tomás Luis de Victoria había nacido en Ávila, en 1548. Algunos dicen que nació en la pequeña localidad de Sanchidrián, pero no está comprobado. A mediados de la década de los 60, se fue a Roma donde ingresó en el Collegium germanicum, fundado por los jesuítas, y allí estudió con Palestrina. En Roma, en 1573, sucedió a Palestrina como maestro de capilla y también allí se ordenó sacerdote. A su regreso a España, en los años '80, trabajó como capellán privado y maestro de capilla en el convento de las Descalzas Reales de Santa Clara, donde se había retirado a pasar sus útimos años la emperatriz María de Austria, viuda de Maximiliano II de Austria y hermana de Felipe II. Victoria mantuvo el puesto hasta la muerte de María de Austria en 1603 y después, como organista en el mismo convento, hasta su propia muerte en 1611. Hizo sin embargo otro viaje a Roma donde publicó casi todas sus obras y donde también acudió, tristemente al funeral del que había sido su maestro, Giovanni Perluigi da Palestrina

El officium defunctorum es la obra más extensa e importante de Victoria. Fue escrito para conmemorar la muerte de la emperatriz María de Austria, en 1605 (la emperatriz había fallecido en 1603) Se trata de una obra coral, a seis voces, extensa, formada por muchos números. Además de los normales que se encuentran en todo requiem (según el concilio de trento y el misal de Pío V de 1570): Introito, Kyrie, Gradual, Offertorium, Sanctus, Agnus dei y Commun), Victoria añadió tres piezas más. Por un lado, una de las lecciones del libro de Job, que se canta en los maitines, al principio de la misa, y por otro lado, un motete y una súplica de absolución que se cantan juntos al final.

La pieza está escrita para seis voces mixtas, como decía antes. Dos sopranos, un alto, dos tenores y un bajo. Muchos consideran esta pieza, y no les falta razón, la más importante de Tomás Luis de Victoria, y también la más representativa de la música española renacentista. La proliferación de notas de adorno, de retardos con resolución libre y la tremenda complejidad con la que está escrita, hacen que sea considerada como un paso natural del renacimiento al barroco. Y resulta curioso que sin embargo la pieza funcione tan bien con una austeridad, por otro lado, típica de Victoria, que emociona como pocas. Todo fluye como la naturalidad del que no tiene otra pretensión que su amor a su trabajo y a la música. Y esa naturalidad y esa simplicidad aparente son las que, sin embargo le otorgaron a Victoria un puesto destacado en la historia de la música.

martes, 19 de abril de 2011

Los 24 caprichos Op.1, de Paganini

Paganini era un tipo un poco siniestro. Tocaba el violín, la viola, la guitarra nosecuantos instrumentos más y además componía. Fue uno de los primeros virtuosos que se dedicaron a fascinar al mundo entero con su técnica prodigiosa y también uno de los primeros que sufrió las consecuencias de la fama. Parece ser que con 16 años ya era considerado un gran virtuoso. No sabiendo muy bien qué hacer con el prestigio, se dedicó a emborracharse y poco a poco su vida se fue un poco a la deriva. Pero entonces conoció a una muchacha cuyo nombre no ha trascendido, que lo llevó a su villa y allí le enderezó al pobre. Aunque no mucho, puesto que siguió bebiendo, jugando y cuentan que incluso llegó a apostar su violín en varias ocasiones.

No sabemos grandes cosas de su vida. Se ve que como era una de las primeras "celebrities", el negocio de paparazzi no estaba muy desarrollado. Sabemos que se convirtió en un icono del violín y que influyó a muchos otros. Liszt por ejemplo, siendo pequeño fue a un concierto suyo y decidió hacer lo mismo que Paganini había hecho en el violín pero con el piano, empezó a estudiar horas y horas y bueno, ya sabemos lo que pasó después. Pero casi todas las cosas relacionadas con su vida privada son leyendas. En la época contaban que había hecho un pacto con el demonio y que gracias a eso podía tocar así de bien. Esa historia explicaría su mirada gris, su cara cadavérica, su técnica hiper-virtuosa, la hiper-laxitud de sus manos y algunas cosas más. Pero claro, el lanzamiento de "Fausto",de Goethe, estaba muy cerca y  la gente de aquélla época se creía casi cualquier cosa, lo que no quiere decir que sea cierta. Lo más divertido es leer las historias que se inventaba la gente sobre dónde había conocido al diablo:
Unos decían que había sido siendo pequeño Paganini, que el diablo se le había aparecido a su padre para contarle que el niño sería un grande del violín y que le enseñara a tocarlo, y por eso el padre puso un violí en sus manos y le obligó a estudiarlo.
Otros decían que Paganini había matado a un rival que tocaba mejor que él y entonces había entrado en prisión y que estando en prisión era donde había conocido al demonio, había hecho el pacto con él y había salido tocando mejor que nadie.
También se decía que en un concierto alguien había querido fastidiarle y le había medio roto las tres cuerdas superiores para que se rompieran en directo y tuviera que suspender el concierto. Sin embargo, Paganini consiguió terminar el concierto con la única cuerda que le quedaba, que era la cuerda de Sol tocando piezas dificilísimas sólo con esa cuerda. Eso sí me lo creo en parte, pero me imagino que habría sido él mismo quien dejara las cuerdas a medio romper buscando un efecto en la gente. Y es que Paganini era capaz de tocar música solo con esa cuerda y de hecho escribió piezas para la cuarta cuerda sola. Lo que ya no me creo tanto es que con una sola cuerda consiguiera tocar dos melodías simultáneas, que era lo que decía la gente
Luego hay una leyenda que mezcla las dos últimas y es quizá la más peregrina. Dice que Paganini entró en prisión por asesinar a una de sus amantes, y que estando allí en prisión tocaba preciosas melodías con la única cuerda que le quedaba a su violín, que era la cuerda de Sol y que la había hecho el propio Paganini con el intestino de esa amante.
Y todo porque siempre que le preguntaban por su prodigiosa técnica él contestaba dando esquivas. Solía decir que había desarrollado un método de aprendizaje del violín que permitía a cualquier persona aprender a tocar como él en solo tres años. Él prometía desvelar ese secreto cuando se retirara, pero mucho me temo que se llevó su secreto a la tumba. O quizá el secreto nunca existió.

Los 24 caprichos los escribió entre 1802 y 1817. Son 24 piezas para violín solo, que presentan una dificultad extrema. Aunque hoy en día cualquier estudiante medianamente bueno puede tocarlos, en la época debieron ser muy virtuosos y muy vistosos. La gran mayoría de los caprichos no han sido muy conocidos y poco se sabe de ellos si no eres violinista o tocas otro instrumento que los estudie (hay versiones para flauta, para saxo, para guitarra...), pero hay uno, el último, que no sé muy bien por qué, fue un auténtico hit en el romanticismo. Todo el mundo se puso a hacer variaciones sobre ese capricho: Rachmaninov, Liszt,  Brahms, Lutoslawski...
Yo he encontrado por el mundo versiones de este capricho para guitarra, para piano, saxo, flauta, guitarra eléctrica, orquesta, piano y orquesta y hasta para orquesta de jazz. Y lo más curioso de todo es que hasta el propio Paganini hizo variaciones sobre su propio capricho. Aquí os dejo un enlace a la versión para dos pianos de Lutoslawski y aquí la versión para orquesta de jazz de la que hablaba antes.

Volviendo al tema Paganini y sus facilidades para tocar, hoy podemos imaginar que todo se debía a una especie de malformación (bienformación podríamos decir) que le daba una elasticidad extra en las manos. Por ejemplo, podía tocarse con el pulgar el dorso de la mano. Esto en medicina tiene un nombre que se llama síndrome de Ehlers-Danlos. Pero yo no sé de medicina, así que de momento, y por hoy, lo dejo aquí.

miércoles, 6 de abril de 2011

El concierto para Cello, de Lutoslawsky

Hoy me gustaría comentar el concierto para violonchelo y orquesta e Lutoslavski.
Lutoslavski fue el tipo que me acercó a la música contemporánea. Recuerdo que, siendo adolescente, gastaba todo mi dinero en cintas de cassette que luego grababa con la música que ponían en Radio clásica. Así iba ampliando los compositores y estilos que conocía. Hasta entonces la música contemporánea no me había llamado la atención, pero entonces emitieron este concierto, lo escuché y podríamos decir que empecé a mirarla con otros ojos.

Lutoslavski fue un compositor polaco que vivió entre 1913 y 1994. Es considerado el compositor polaco más importante después de Chopin (bueno, no sé si oficialmente, pero al menos sí para mí).
Lutoslawski se preocupó mucho por la forma musical. A él le parecía que las piezas largas no siempre funcionaban. Por ejemplo, escuchaba una sinfonía clásica, (Beethoven, Mozart, Haydn...) y le gustaba mucho el primer movimiento pero luego la pieza empezaba a flojear y se aburría. Si escuchaba a Brahms, percibía que el primer movimiento era impactante, también el último era importante y la sensación con la que se quedaba era así como de sobreesfuerzo. Entonces se propuso cambiar un poco las funciones estructurales, para depositar todo el mayor peso expresivo de la pieza en el último movimiento. Algo así como invertir los papeles clásicos.

Hoy voy a poner una cita del propio Lutoslawski, para que veáis como se expresaba él, y así llenar un poco el comentario:

"En la música del Clasicismo, sobre todo en la de Haydn, Mozart y sus contemporaneos, el movimiento principal de una pieza siempre era el primero; el Finale, en cambio, era una conclusión de carácter más ligero y, por lo general, más alegre. En el romanticismo tardío, en la música sinfónica de Brahms, había pues dos movimientos principales: el primero y el último. Pero cada vez que escucho sinfonías de Brahms me invade cierta sensación de cansancio y sobreesfuerzo. Con el fin de evitar esta impresión, intenté escribir yo mismo algo que resultara bien proporcionado en cuanto a la forma pero que, al mismo tiempo, los oyentes pudieran percibir como algo unitario y con solución de continuidad. Así pues, invertí el orden que seguían los primeros clasicistas trasladando el mayor peso de la obra al último movimiento. Frente a éste, la parte introductoria tendría la función de despertar el interés del oyente y "captarle" de modo que "se viera involucrado" en los acontecimientos musicales; pero también la de "dejarle insatisfecho" y dispuesto a mostrarse receptivo ante una cantidad de música de mayores dimensiones y mayor intensidad"

Esto lo podéis encontrar en el libro "La música contemporánea a partir de 1945", que escribió Ulrich Delius y que en España edita AKAL y fue impreso en Madrid en 2004. La página la he perdido porque he cerrado el libro, pero está en la parte que habla de Lutoslawski.

Bueno, despues de esta cita "Suigeneris" de la fuente, sigo con mi rollo. Resulta que Lutoslawski, además de preocuparse por crear procesos formales interesantes que enganchen al oyente, y que en este concierto funcionan estupendamente, es considerado como el pionero en una técnica que llamó "contrapunto aleatorio". El contrapunto aleatorio es una forma de componer que como su nombre indica proviene de mezclar el contrapunto y la aleatoriedad. En música, la palabra contrapunto implica que hay varias melodías y que en principio todas tienen una importancia similar. La música no consiste en una sola melodía acompañada, sino que todas las melodías marchando juntas hacen la pieza musical. Este tipo de música era muy habitual en la edad media y en el renacimiento e incluso en el barroco, pero luego cayó en desuso, aunque se siguió utilizando. La aleatoriedad en música implica que algún factor clave, como la duración de las notas, la altura de las notas o el timbre o algo así no está fijado y se deja en manos del intérprete. Y en este caso lo que no está fijado es la duración de las notas. Así pues, Lutoslawski lo que hace con esta técnica es escribir varias melodías que sabe a priori que pueden funcionar bien en cualquier combinación y dejarle a los intérpretes que decidan la duración de cada una de las notas. Visto así puede parecer que no tiene sentido, pero cuando se pretende crear una atmósfera compleja con una armonía controlada, probablemente esta técnica sea la más sencilla a la hora de interpretarla. Sin embargo, Lutoslawski suele utilizar este contrapunto aleatorio no como la música en sí, sino más bien como un acompañamiento o un relleno a la melodía, o a otra cosa.

El concierto para violonchelo está estructurado en cuatro movimientos que van todos juntos sin interrupción. El primero funciona como una cadencia para violonchelo solo, solo que no tiene el carácter virtuoso de las cadencias al uso, además de que funciona como introducción y no como culmen del concierto. Luego viene una segunda sección, larga, dividida en partes, donde se van presentando los distintos instrumentos de la orquesta además de desarrollarse el material que ha expuesto el violonchelo en la introducción. Es una parte larga donde las distintas secciones se van viendo interrumpidas por una especie de pequeña fanfarria de metales. La tensión va en aumento y llegamos a una cantilena, preciosa, donde el violonchelo lleva la melodía y el resto de la orquesta le acompaña dirigiéndose todos poco a poco a la última sección del concierto donde todos los materiales están presentes. Una sección con mucha fuerza que finalmente desaparece para terminar como al principio.

Como siempre, lo mejor es escucharlo. (ojo, no está entero, hay que seguir buscando por ahí)

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