viernes, 28 de noviembre de 2008

El requiem, de Ligeti


Ligeti también era de familia judía, como Steve Reich. Pero él tuvo menos suerte. Ligeti había nacido en Transilvania, en una zona que entonces se consideraba húngara, pero ahora se considera territorio Rumano, y allí le pilló la II guerra mundial. Los nazis lo cogieron y le pusieron a trasladar explosivos al frente de guerra, lo cual debió de ser horrible. A sus padres y hermano se los llevaron a Ausvitz. El pobre Ligeti se escapó pronto, pero le cogieron y pa que no se escapara más, le metieron en un campo de concentración. Creo que incluso ahí se escapó una vez más, y también le pillaron.
Después de la guerra, su padre y su hermano habían muerto, y a su madre le quedaba poco tiempo de vida. Terminó la carrera de música, y se puso a dar clases. Pero el sistema político era bastante autoritario, y no permitía nada que fuera un poquito más allá de Bartok. De hecho, conseguía los libros de Adorno de contrabando. Por tanto, cuando escribió "Musica ricercata", esta fue prohibida. Así que se hartó, y aprovechando el levantamiento popular de ¿1956?, cogió a su mujer y a su perro y se marchó de allí. Cruzaron la frontera por la noche, atravesando las montañas a pie y se plantó en Alemania, donde conoció a Stockhaussen. Luego pasaron muchas cosas y se hizo más o menos conocido.
Entonces, llegó 1962 y se puso a escribir un requiem. Quería hacerlo como homenaje a su familia, que había muerto en la guerra. Cuentan las viejecillas del lugar que como no tenía mucho dinero, y vivía en un piso pequeño, no tenía sitio para meter una mesa suficientemente grande como para que cupieran las partituras del requiem. Así que se bajaba todos los días a un café cercano, y allí se pedía los cafés que hicieran falta y escribía el requiem. Cuando lo terminó, estaba tan bien hecho, que ganó un montón de premios, y se grabó en disco y tal.
Uno de esos discos fue a parar a la colección particular de un director de cine: Stanley Kubrik. Cuando algun director de cine hace una película, normalmente, realiza un premontaje de las imágenes con algún tipo de música que más o menos les va bien, y luego se lo enseña al compositor, y le dice: ¿Ves? Pues algo así quiero. También, la música incidental previa, le sirve para muchas otras cosas...
El caso es que en una de las escenas, Kubrik se había servido de el segundo movimiento de este requiem para realizar ese premontaje. (y también de otras músicas conocidas, como puede ser "Así habló Zarathustra" de R. Strauss, o "El Danubio Azul" de J. Strauss, (y aprovecho aquí para recordar que estos dos tipos no eran familia!))
Pero Kubrik había encargado una banda sonora a un compositor de prestigio, Alex North, claro que, cuando Kubrik comparó el resultado global con la música de North y con la que había utilizado en el premontaje, se dio cuenta que funcionaba mucho mejor de la segunda manera, y decidió dejarlo así. Tal como ahora lo conocemos.
El caso es que con las prisas se olvidó de avisar a ambos. Por un lado, North se fue el día del estreno a ver como había quedado su música y no la oyó, y por otro, Ligeti se fue, recomendado por un amigo, a ver 2001.
Y claro, la sorpresa fue mayúscula. Se puso malísimo, estuvo varios días en cama y cuando se levantó, decidió llamar a Kubrik para maldecirle. El otro le contestó algo así como: Deberías estar contento! ¡Ahora eres famoso en América!
Y bueno, ya se enfrascaron en discusiones que os podéis imaginar. Al final Ligeti desestimó la opción de plantarle una demanda al otro, y no debieron de quedar mal, porque Kubrik volvió a valerse de la música de György en dos películas más: En "El resplandor" y en "Eyes whide shut" donde encontramos el segundo movimiento de Música ricercata.

2 comentarios:

  1. Por lo visto Ligeti le puso a Kubrik una demanda simbólica por un dolar, o algo así, después de todo se lo tomó con buen humor.

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    1. Exacto, no por los daños reales si no por el 'no haber consultado antes'. Interesante :)

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