viernes, 30 de abril de 2010

4'33'', de Cage


4'33'' (cuatro treinta y tres) es una de las piezas que más ríos de tinta ha derramado. Mucho se ha escrito sobre ella, diría yo que más que sobre cualquier otra pieza del siglo XX, y aún así, sigue siendo una desconocida. No pasa un día sin que alguien se refiera a ella tratando de ridiculizarla, sin darse cuenta de que el que queda en evidencia es, en ese caso, él o ella. El caso es que a mí me gustaría hablar de la pieza en cuestión, explicarla y que, al menos, los lectores de "audiciones comentadas" tengan claro qué, cuándo y por qué escribió John Cage esta pieza. Esperaré que no se me salga de madre y termine escribiendo un tostón infinito.

Antes de nada, para el que no conozca la pieza, explicaré en que consiste. Son exactamente 4 minutos y treinta y tres segundos de silencio. La puede interpretar cualquier formación instrumental o vocal y la pieza tiene tres movimientos. Todos son silenciosos. La duración de los tres movimientos queda al libre albedrío del intérprete, pero éste debe hacer algo para que el público perciba que se ha cambiado de movimiento. Algunos cierran o abren la tapa del piano, otros cambian de página, lo que se le ocurra a cada cual. La única regla es que la suma de los tres movimientos debe ser cuatro minutos y treinta y tres segundos. Parece ser que esta duración temporal vino determinada al azar, procedimiento muy querido por John Cage.

Claro, ¿Qué es lo que piensa todo el mundo cuando escucha hablar de esta composición? Se pregunta dónde puede estar el mérito en escribir una pieza que no tiene notas y termina concluyendo que John Cage era un cada dura por tratar de colárnosla de tal manera. Pensarán que es como colocar un lienzo blanco sin pintar, o como un arquitecto que después de decir que ha construído un edificio sólo nos deja el solar, o como el traje nuevo del emperador. Un cara dura, vaya. (ojo, no estoy diciendo aquí que el que cuelgue un lienzo blanco y sin pintar sea un cara dura)

El caso es que John Cage llevaba mucho tiempo dándole vueltas a la idea de construir música con elementos cotidianos. De hecho lo hacía a menudo. john Cage quería llevar el ruido al mismo nivel musical que el sonido y que los compositores tuvieran todos esos elementos al alcance de su mano para componer. Ahora con la música electrónica y con grupos como Mayumaná o Les luthiers nos puede parecer muy normal y hasta natural, pero en los años '40 esto no estaba tan normalizado. Así que John Cage empezó a decir que bien se podría utilizar una batidora, un motor de explosión o una radio para componer si ese sonido es el que se quiere, y empezó a hacerlo. Hay una grabación muy divertida por youtube de John Cage en un programa de televisión del estilo "Tienes talento" ejecutando una composición propia con radios, batidoras, un patito de goma y demás cacharreríos de la casa.

Otro elemento que carazteriza a la música de John Cage es el uso de la aleatoriedad. Componer utilizando métodos aleatorios otorga a la música una sonoridad que sólo puede conseguirse utilizando métodos aleatorios. Y es una sonoridad muy equilibrada y muy diferente a todo lo que se ha podido escuchar. Muchos pueden pensar que escribir una pieza musical tirando monedas al aire tiene poco mérito compositivo. Probablemente tengan razón, pero es una opción tan válida como cualquier otra, que ofrece un resultado que también es tan válido como cualquier otro, y que no por escribirse a base de tiradas de monedas deja de implicar un esfuerzo. La aleatoriedad ofrece un equilibrio especial que sólo ofrece la aleatoriedad. Debe estar relacionado con la entropía y el desorden y la teoría del caos y todas esas cosas que cualquier físico o matemático conoce mejor que yo. El caso es que para conseguir esa sonoridad lo mejor es participar lo menos posible en el proceso. Por eso puede ser que la música de John Cage suene extrañamente parecida a la de Pierre Boulez (el Boulez de aquélla época), que si bien estaba ultra-pensada, el compositor se mantenía al margen del resultado sonoro. Pero yo encuentro mucho más lógia la forma e trabajar de John Cage, dónde va a parar. Además, él nunca ocultó su pensamiento...

En una ocasión, John Cage entró en una cámara anecoica. Una cámara anecoica es un habitáculo cuyas pareces están recubiertas de un material absorvente especial, y en el que no entra ningún sonido del exterior. John Cage entró allí y se sorprendió, porque escuchaba dos sonidos: uno alto y otro bajo.

-Debe haber algún error. La cámara se ha roto.- Pensó. Así que al salir se lo comentó al encargado.

El encargado le contestó que esos sonidos eran sus propios sistemas nervioso y circulatorio. El imposible escapar a ellos. Después de esta experiencia, John Cage impartió una conferencia realmente interesante en la que venía a decir que siempre nos acompañarán, como mínimo, dos sonidos. Y enlazando con lo que yo os comentaba hace un par de párrafos, que cualqueir ruido o sonido es válido para hacer música, junto a los procesos aleatorios donde el compositor trata conscientemente de anular su participación, hicieron concluir a John Cage, con que siempre habrá un mínimo de dos sonidos hasta el fin de la humanidad y que por tanto, no hay que temer por el futuro de la música.

Así que, vistas así las cosas, podemos empezar a entender el simbolismo que hay detrás de 4'33''. No es la ausencia de música lo que prima. La música la forman todos los ruiditos que, involuntariamente se producirán en el teatro, mientras la pieza se ejecuta. Un día John Cage dijo algo así como: "Lo que oímos es en su mayoría ruido. Cuando lo evitamos nos molesta. CUando lo escuchamos , lo encontramos fascinante.

Esta fascinación era la que quería transmitir al gran público. Él sólo quería que durante cuatro minutos y medio nos dedicáramos a escuchar todo lo que en nuestra vida cotidiana tratamos de obviar. Y creedme, merece la pena.

Curiosamente fue estrenada en Woodstock, que antes de ser un festival ya era un pueblo, en 1951 por el pianista David Tudor.

Aquí os dejo un video de Youtube donde la pieza es interpretada.

Que lo disfrutéis.


8 comentarios:

  1. Nada nuevo bajo el sol; desde el siglo VI antes de Cristo ( que se tiene constancia ) y a lo largo de toda la historia y en todas las culturas y tradiciones, el silencio, no-silencio ha sido el lugar de encuentro del darse cuenta, el lugar del insight, el lugar del despertar.
    Cage da un aperitivo certero en 4'33''
    Es dificil mantener el ego tranquilo con tanto papanatismo y tanta palma alrededor de la simplicidad.

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  2. Bueno, ya lo he escuchado y, para mí que sobra el director de la orquesta.
    Particulamente pienso que es un vendedor de humo pero, a lo mejor me equivoco. Sin embargo, después de leer lo argumentado, me gustaría sintetizar mi respuesta en un cuento:
    Tenía Adriano dos ministros, uno defendía el silencio como la virtud mas preciada y el otro defendía el habla.
    Reunió a los dos y les pidió que dfendieran sus posiciones; cuando el que defendía el silencio comenzó su alabanza, su colega le puso la mano en la boca y dijo:
    -Sed justo, gran señor, y no permitáis que este partidario del silencio use mi medio, la palabra, para conseguir su objeto.

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  3. Toda la razón, Gerardo, pero yo en ningún momento quise decir que John Cage fuera innovador. De hecho, no creo en la innovación en música clásica, donde todo hunde sus raíces en lo más antiguo, y mucho menos en Cage. Con este hombrecillo cualquier investigación, por pequeña que sea, te lleva irremediablemente al zen, aunque no quise mostrarlo en el post para no hacerlo exageradamente largo, pero claro, el zen, en 1950 era muchas cosas, pero desde luego, no era innovador.

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  4. Anónimo, me da la sensación de que no entendiste el texto.
    La intención de John Cage no era conseguir el silencio, sino hacernos escuchar el ruido que habitualmente está de fondo y hacernos reflexionar sobre él. En algún escrito dijo que era como un edificio de cristal, que refleja lo que hay delante y cambia de color en función del día que haga. ¡Pero el edificio sigue estando!
    Algo así pasa con 4'33''. Aunque digamos que son cuatro minutos y medio de silencio, dicho silencio nunca llega.
    No sé si ha quedado más claro...

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  5. ¿Esta pieza es a la musica lo que la materia oscura es a la materia? Melusina

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  6. Hola, José Manuel.

    He descubierto tu blog casi por casualidad hace un par de días, y desde entonces, lo he devorado, leyendo todas tus entradas antiguas.

    Ésta me ha llamado poderosamente la atención. Tanto que, en un foro en el que suelo escribir, he dejado una entrada comentando la obra. Si no te importa, pongo por aquí lo que he escrito, para que contribuya al debate. Perdona el plagio descarado en algunas partes de la crítica, como he leído primero tu entrada, no he podido evitar "inspirarme" en ella.

    Lo que he escrito es:

    http://www.youtube.com/watch?v=hUJagb7hL0E

    Es una interpretación de la pieza 4'33'', de John Cage, en versión para orquesta. Se trata de una pieza en tres movimientos, cada uno de los cuales consiste en puro silencio, con la única regla de que la suma de los tres movimientos sea 4 minutos y 33 segundos. La obra pretende que el espectador reflexione sobre el ruido que nos rodea permanentemente, sobre la imposibilidad del silencio auténtico.

    Yo diría que incluso es una invitación a la meditación; ya sabéis que Cage era un amante del zen y estas cosas orientales. Con nuestro actual estilo de vida, no hay momento para el recogimiento personal, en silencio, y ni siquiera lo echemos en falta. Sin embargo, la experiencia del silencio es intensa, gratificante y perturbadora, nos hace sentir más vivos, plenamente conscientes del lento gotear del tiempo y del susurro de nuestros pensamientos.

    Como comentario gracioso, resulta enternecedor comprobar cómo la gente aprovecha para toser entre movimiento y movimiento, por miedo a romper ese silencio, y también llama la atención el aplauso que brinda al final el público, que no sé si tiene algo de ironía.

    Evidentemente, ante una obra de arte así hay cierta sensación de timo, de tomadura de pelo. Parece la historia del nuevo traje del emperador llevada al terreno musical. Sin embargo, creo que la obra cumple con creces lo que se propone, y por ello merece la pena. Ya sabéis el dicho de "cuando el sabio señala la luna, el tonto mira al dedo". Pues eso.

    ____

    Hasta aquí lo escrito. En fin, te felicito por el blog, es muy interesante. Gracias por la buena labor que haces difundiendo la cultura.

    Un saludo.

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  7. Yo debo ser muy cateto pero, estoy con el anónimo que dice que sobra el director. Aunque, para mi sobran todos menos el público (y eso si el espectáculo es de pago) .
    Es obvio que por muy compositor que se sea, no es posible controlar, modular, etc los ruidos, sonidos, etc que se están produciendo constantemente en nuestro entorno, y mucho menos pretender tenerlos en cuenta a la hora de componer, porque en su mayor parte son impredecibles.
    En fin, que, en mi opinión " 4`33´´, es una tomadura de pelo
    Sólo nos faltaba que, tal como se están poniendo las cosas, nos pusieran un cánon, por escuchar nuestro corazón, mientras nos deleitamos con los ruidos del tráfico o una sobre tasa en los conciertos, porque hay un individuo que lo enriquece con su agradable y refrescante tos.
    Lo siento, por los que no compartan mi opinión.
    Saludos,
    José

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  8. por supuesto que el silencio también es música, solo hay que saber escuchar...!

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