domingo, 2 de enero de 2011

Las cuatro estaciones, de Vivaldi.

¡Año nuevo, blog nuevo!
Bueno, nuevo nuevo, lo que se dice nuevo, tampoco es, sólo que le hemos pegado una limpieza de cara y le he cambiado el fondo. Ni siquiera tiene secciones nuevas. Espero que os guste la nueva estética de Audiciones... Como esta semana ha habido empate entre Vivaldi y Ligeti, y llevamos dos o tres semanas seguidas hablando de compositores más recientes, pues yo me voy a decantar por Vivaldi, que además inicia sección en este blog porque nunca antes había escrito nada de Vivaldi. Había hablado de él en alguna ocasión, pero así, comentar directamente su música, no lo había hecho nunca.

Vivaldi nació en Venecia en 1678. En aquella época, ya lo hemos comentado alguna vez, si querías ser algo en la vida tenías que hacerte cura. Bueno, si querías ser algo relacionado con la música. Si no también podías hacerte militar, o nacer en la casa de un noble, o hacerte bandolero (que se lo digan a Robin Hood). El caso es que Vivaldi decidió hacerse cura. Como era pelirrojo, pues le empezaron a llamar "Il prette rosso". Pero claro, a Vivaldi el tema de la religión no le hacía mucha gracia. Siempre se escaqueaba de oficiar las misas. Decía que estaba delicado de salud, que no podía hacer misa y mandaba a su ayudante. Cuando escribía música religiosa le solían decir que era demasiado alegre y vitalista, pero Vivaldi siempre salía al paso diciendo que pensar en dios le producía esa alegría casi infinita. Y luego tenía una relación muy especial con las mujeres, especialmente con las jovencitas, de hecho siempre intentaba ayudar en los horfanatos de niñas. Enseñaba música en cuatro diferentes (pero no olvidéis que estaba muy delicado de salud para dar la misa), y además de esto vivía en su casa con dos chicas a la vez, cantantes creo que eran. Él decía que eran sus protegidas y que les enseñaba música y tenía que tenerlas cerca y por eso las tenía que acoger en la casa. Menudo elemento, el Vivaldi este...

Pero Vivaldi fue una pieza clave en la creación del concierto para violín tal como lo conocemos hoy, y también, aunque no lo parezca, una pieza clave de la transición del barroco al clasicismo. En la época de Vivaldi había dos tipos de música solística para violín. Estaba por una parte la sonata para violín, que se hacía con acompañamiento. Se suponía que si en la partitura no decía que era para violín solo, un grupito de instrumentos acompañarían al solista hacíendo una progresión armónica simple más o menos improvisada. Por otra parte, Corelli y Torelli habían iniciado el cocerto grosso, donde el solista (o conjunto de ellos) se enfrentaban al conjunto en un dialogo en el que ambas fuerzas dominaban por igual. Sin embargo Vivaldi, en sus conciertos para violín llegó a un equilibrio más interesante, donde el solista tiene más importancia que en un concerto grosso, pero la orquesta hace algo más que un mero relleno armónico. Esta pequeña innovación, aunque parezca trivial, sedujo bastante a Bach, uno de los pocos que supo apreciar la obra de Vivaldi en vida del compositor y le inspiró para animarse también a escribir en este nuevo estilo. De hecho tomó muchos conciertos de Vivaldi como modelo para transcripciones. Prácticamente todos sus conciertos para clave son transcripciones de conciertos para violín de Vivaldi. Y luego también, por otra parte, tenemos que la técnica compositiva de Vivaldi, en torno a dos grados principales (Tónica y Dominante), donde una linea melódica general hegemoniza los demás parámetros musicales y extramusicales suele considerarse el punto de partida para ese nuevo estilo que se llamará "Clasicismo".

Pero me estoy saliendo de tiesto. Vivaldi, como decía antes enseñaba música en varios orfanatos de niñas. Muchas de estas niñas terminaron siendo cantantes de ópera famosas, y otras muchas se hicieron monjas. Pero cuando aún eran niñas, tocaban instrumentos. Y para recaudar fondos, hacían conciertos públicos que eran muy famosos en la época. Quizá, el hecho de tener que enfrentarse a un público que quiere ver lo mejor de la escuela, pero a la vez ser una niña con las capacidades físicas limitadas fue lo que hizo que Vivaldi tuviera que escribir algo más sencillo que una sonata donde todo el peso recae en el solista, pero más vistoso que un concerto grosso. Todo esto propició que Vivaldi escribiera aproximadamente 500 conciertos para solista. Casi todos eran conciertos para violín y orquesta, pero también había conciertos para fagot, violonchelo, oboe, flauta, viola d'amore, flauta de pico y mandolina. En ese orden. Mucho tiempo después Stravinsky dijo que en realidad Vivaldi no había escrito 500 conciertos, sino que había repetido el mismo concierto 500 veces. Qué simpático el Stravinsky este...
Pero algo de razón debía tener. De hecho, de los 500 conciertos solo la mitad más o menos está grabada e incluso muchos están sin editar. Y no porque estén perdidos, simplemente a nadie le interesan.

Y ya me pasa como siempre, me pongo a cascar y todavía no he comentado nada de estas cuatro estaciones. Las cuatro estaciones son en realidad cuatro conciertos para violín y conjunto. Pertenecen a un grupo más amplio que conforma la Op.8 y que todos juntos se llamaban "Il cimento dell'armonia e dell'inventione".  No sé exactamente lo que significa en español. Pero debe ser algo así como "El duelo de la armonía y la invención". Lo que pasa es que luego los cuatro primeros conciertos que llevaban cada uno un sobrenombre, pasaron a ser conocidos como "Las cuatro estaciones". El primero, como todos sabemos es "La primavera", luego viene "El verano", pasamos a "El otoño" y terminamos con "El invierno". Vivaldi empleó muchos elementos extramusicales en estos cuatro conciertos y también en muchos otros conciertos. Podemos escuchar una tormenta de verano, helarnos de frío con el invierno, o escuchar como florece la primavera. Uno de los grupos instrumentales que mejor transmite esas sensaciones es "Il giardino armonico". Ellos hicieron un estudio bastante riguroso sobre interpretación histórica barroca, y ofrecen una versión bastante singular de la música de Vivaldi. Yo recomiento su interpretación por encima de casi cualquier otra, aunque hay gente a la que no le gusta. Pero es la que podéis descargaros desde aquí.

Y que más. Debería ir cerrando ya, que esto está empezando a ser bastante largo. No hace falta que diga que "las cuatro estaciones" se han convertido en una pieza megapopular. Creo que nos las hemos encontrado, como suele decirse, hasta en la sopa. Se han hecho versiones, reediciones, elaboraciones y hasta obras que no tienen nada que ver, pero comparten título e idea, como las cuatro estaciones de Piazzola. Pero yo os voy a dejar este video, porque es el lugar más extraño donde me he encontrado con "el invierno". Ya lo aventuraba semanas atrás, así que hoy cuelgo el enlace.


Ea, pues eso. Me he confundido y en vez de subiros las cuatro estaciones he mandado a Megaupload el Op.8 completo. Ahora ya no rectifico. Hala.

4 comentarios:

  1. Star Wars... nunca lo hubiera dicho. La verdad que la musicología feminista, tendría que decir mucho al respecto de Vivaldi. Al menos al nivel, de el talante de violador, y obseso sexual que era Beethoven. (existe bibliografía al respecto...)También recuerdo una peli de temática LGTB que transcurria en un orfanato, donde se enseñaba Ballet. Se hacía una representación, para las autoridades financiadoras, a las que luego.... pues se le ofrecía la pequeña bailarina principal de turno, como regalo. Muy bestia todo...
    A saber, la musicología ha encumbrado a personas, sin un atisbo de realidad, ni moral. Hay que acabar con los genios históricos, porque señor@s, no son héroes!

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  2. Jo Carlota,
    ¡Cómo te has levantado hoy...!
    :S

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  3. Hallo Carlota,

    conozco la peli de la que hablas. Se llama "El despertar del amor" y trabaja Jacquelin Bisset, verdad?. Me pareció escalofriante, algo lenta pero creaba una atmósfera opresiva y oscura que me gustó mucho.

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  4. Hasta donde sé, "Il cimento dell'armonia e dell'inventione" tiene que ver con la unión de la técnica con la intuición. Es un buen título, pensar en una obra donde haya rigor técnico y vuelo imaginativo me hubiera hecho comprar el disco en 1725.
    Un abrazo

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