viernes, 14 de agosto de 2009

El arte de la fuga, de Bach



El arte de la fuga es la última obra que escribió Bach.
En ella se propuso hacer algo parecido a lo que anteriormente había hecho con la "ofrenda musical" pero esta vez con un tema mucho más sencillo


y que por tanto da mucho más juego. Es decir, jugar con todos los recursos que le permitía la polifonía barroca de la época. Aquí encontramos canones por aumentación, por disminución, a diferentes intervalos, fugas con un tema, con dos temas, con tres temas, fugas simples, por movimiento contrario, por disminución, por aumentación, invertidas... Se trata en realidad de una recopilación de todos los procedimientos musicales que se podían aplicar al contrapunto entendido como arte imitativo.

Bach llamó a cada una de las piezas que componen esta obra "Contrapunctus" con un número detrás, pudiendo ser "Contrapunctus I", "Contrapunctus II", etc. y un subtítulo, que decía lo que venía haciendose en ese "Contrapunctus" por ejemplo, "a 3, invertido, original e invertido deben tocarse separadamente" Esto es algo así como poner la pieza del derecho, y que funcione, y después ponerla del revés, y que también funcione. Ovbiamente Bach tuvo que cambiar algunas cosas, alguna alteración, falsear algún movimiento... En otra ocasión podía poner solamente "Canon a la decima", y escribir un canon, que si bien no es exactamente una fuga es bastante parecido.

Son muchos los que dicen, y no les falta razón, que Bach era uno de esos genios que recopilan todo el saber de una época, lo condensan en un solo nombre (el suyo) y lo mejoran. Cuando Bach estaba a punto de morir y cuando el barroco estaba, por tanto dando las últimas bocanadas, escribió esta obra magistral, como queriendo decirle al futuro que sí, que tenemos razón, que él recopiló todo el arte de una época y le puso un punto y final.

Esta pieza ha sido acusada de ser demasiado cerebral, todo lo que se cuenta es música, relaciones musicales y procedimientos musicales. En ningún momento Bach perdió energía con temas accesorios tales como expresión de sentimientos. Ni siquiera escribió el nombre de los instrumentos que debían tocar. Esta música puede funcionar con cualquier timbre. En la grabación que os propongo más abajo, este timbre es el de un clave.

El arte de la fuga, al igual que toda la música de Bach está llena de simbolismos musicales. Uno de los que más le gustaban a Bach y que más utilizaba era el de poner su propio apellido, musicalizado. Esto es: B A C H -> Sib La Do Si. En la última fuga que escribió, una fuga a tres voces, dividida también en tres secciones, estaba justo trabajando en la tercera parte, sobre su propio nombre, cuando le sobrevino la muerte. Era 1750.

Normalmente, cuando un compositor deja una pieza sin terminar, hay algún otro, que aunque no sea digno del talento del primero, se acerca a la pieza y la acaba. La décima de Mahler, el requiem de Mozart o Turandot de Puccini, por decir algunas, son sólo reconstrucciones a partir de apuntes, y borradores más o menos concluidos que han acabado otros compositores. Pero hacer una fuga con tres sujetos no es algo que pueda hacer cualquiera. Hasta ahora nadie se ha atrevido a concluir "El arte de la fuga" y esta fuga con tres sujetos termina de pronto.

Pero seguramente sea mejor así.

3 comentarios:

  1. gracias por la info!!!!

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  2. Supongo que el grabado de Escher se debe a la lectura de http://www.tusquetseditores.com/titulos/metatemas-godel-escher-bach

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