viernes, 29 de octubre de 2010

Turandot, de Puccini

Pues yo voy a hablar de Turandot. Hala
Poquito, que luego me tengo que ir de viaje, y ya se sabe, se lía uno a cascar...

Lo más curioso de esta ópera es que era de Puccini. Y Puccini no era cualquier cosa. De hecho frecuentaba bastante los círculos de la Viena contemporánea, y se codeaba con lo más de lo más de allí. Strauss, Mahler, etc...Turandot es su última ópera, y de hecho la dejó sin terminar.

Cuenta la historia de una princesa china que no se quiere casar y entonces, como le obligan a elejir un esposo, ella dice que sólo contraerá matrimonio con aquél que responda a tres enigmas que ella le plantee. Pero hay una trampa, porque si uno no consigue responder a los tres enigmas correctamente, el precio que tiene que pagar es su propia cabeza. Total, que muchos lo intentan y pierden la cabeza en el intento, hasta que llega el protagonista y resuelve los tres enigmas. Entonces la princesa, que era muy caprichosa, le dice que tampoco. Que nada de nada. Que seguro que ha hecho trampa y tal y que no se casará. El pueblo la presiona un poco y tal, y entonces al príncipe se le ocurre una idea. Le propone otro juego. Le dice que le va a plantear un solo enigma y ella tendrá toda la noche para acertarlo. Si lo adivina, quedará libre de su compromiso, pero si no, tendrá que casarse con él por fuerza, y lo único que le pregunta entonces es su verdadero nombre. ¿Cómo me llamo, princesa? La princesa prohíbe dormir a todo el pueblo de Pekín hasta que se sepa el nombre del extranjero, y es entonces cuando él canta el aria ese tan superfamosa de "Nesum dorma". Que nadie duerma y tal, y  que termina diciendo: "Al alba venceré".

Total, que había una chavala que sí que sabía el nombre del extranjero, pero da la casualidad de que estaba locamente enamorada de él. Entonces, cuando la princesa se entera de esto, la manda llamar y la tortura para que le diga su nombre, pero ella, antes que traicionar al chico que ama (y que nunca se ha fijado en ella, dígase de paso) decide suicidarse.

El final no os lo voy a contar, que hoy no me apetece fastidiarlo. Pero más o menos por aquí es cuando el que también se murió fue Puccini. Evidentemente la ópera se quedó sin terminar, y hubo que reconstruirla. Que yo sepa hay dos reconstrucciones así chulas. La más famosa de las dos, fue realizada por Franco Alfano, prácticamente a la muerte de Puccini. De hecho, se estrenó en 1926 con este final, dos años después de la muerte del autor. Es llamativo el hecho de que la casa Ricordi, que tenía los derechos de toda la ópera italiana, quebrara exactamente 75 años después de la muerte de Puccini, último gran operista italiano, justo cuando se extinguieron los derechos de autor de la ópera Turandot.

En fin. Que yo estaba hablando de las reconstrucciones, y se me fue la pinza totalmente. La primera es la más conocida, y la que más se ha representado habitualmente, pero es un poco fea. El final es (a mi gusto, obviamente) algo pretencioso y demasiado llamativo y brillante. Entonces, en 2001, Luciano Berio realizó otro final alternativo a la ópera. Mucho más oscuro y a mi gusto, mucho más cálido, aunque es cierto que quizá, un poco atrevido y contrastante estilísticamente. En fin, perdonad el tono gafapástico que me ha salido de repente.

Cuentan que el día del estreno, Toscanini dirigía la partitura, y después de que muriera Liu y cantara el coro, paró, se bajó el telón se volvió al público y dijo:
"Aquí termina la ópera, porque aquí murió el maestro"

La versión completa se interpretó al día siguiente

2 comentarios:

  1. Qué interesante entrada, gracias, José Manuel. La ópera es mi gran asignatura pendiente, así que a ver si vía Puccini puedo empezar a apreciar este género.

    Un saludo.

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  2. Pues sí, amigo anónimo (o amiga!) la ópera esconde cosas muy muy chulas. Merece la pena meterse en este mundo.
    y empezar con Turandot es una de las mejores maneras de comenzar...
    ánimo!

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