miércoles, 16 de marzo de 2011

Carmina burana, de Carl Orff

Todo empezó hace mucho, mucho tiempo. Los Carmina Burana son, en realidad, unos cantos Goliardos de los siglos XII y XIII, que hablan sobre el amor, la lujuria, los placeres carnales, los placeres terrenales, los raptos de doncellas por parte de caballeros, el disfrute de la naturaleza y la crítica satírica a la iglesia y los estamentos de poder entre otras lindeces. Fueron encontrados en 1803 por Johann Christoph von Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedecti, y no serían nada del otro mundo de no ser por dos motivos. El primero porque se trata de la colección más extensa (por no decir la única colección extensa) de cantos profanos de esta época, y el segundo, porque muchos años después, Carl Orff se basó en algunos de ellos para escribir su obra más conocida, (también podría decir "su única obra conocida") Carmina burana, que debería leerse "Cármina Burana".

Orff había nacido en 1895. Estudió música de pequeñito y en sus primeros años creó un estilo compositivo ligado al post-romanticismo alemán de Strauss, con algunas influencias de Stravinsky. Sin embargo, las características más significativas del estilo de Carl Orff no se dan hasta el Cármina Burana. De hecho, al estrenar esta pieza, el propio compositor sintió que su música de verdad comenzaba en ese momento y pidió a su editor que destruyera todas sus partituras anteriores, aunque, dicho sea de paso, su editor no le hizo caso. (Un editor nunca atiende ese tipo de órdenes). Orff intentó con esta cantata escénica conseguir una comunicación con el público, a través de la música, de una manera directa. La música está formada por células pequeñas, repetitivas, acompañadas por una armonía muy básica y que también se repite, donde el contenido tonal está limitado al mínimo. Algo así como un ritual musical primitivo, que conecta de manera directa con el público. Este puede ser uno de los motivos por los que la obra de Orff fue primariamente conocida haciendo famoso también al compositor prácticamente en el momento de su creación. Su nuevo estilo le fue conduciendo paulatinamente también hacia el teatro. Este interés por conectar con el público de una manera quasi automática le hizo empezar con movimientos, con semirrepresentaciones y poco a poco le llevó a lo evidente. Casi todas sus piezas están a mitad del camino entre el teatro, la ópera y la danza contemporanea.

Sin embargo, este éxito probablemente también le trajo algún problema a Orff. El problema principal fue que en aquélla época el poder residía, como bien sabemos, en el partido nazi. Y a los nazis les gustó mucho la música de Orff, porque era directa, entendible, tonal, y era heredera directa de todos los compositores que habían querido construir una música genuínamente germana. Entonces le pusieron el caramelo en la boca y él no quiso o no pudo rechazarlo. Colaboró activamente con el régimen y escribió el tipo de música que le pidieron, lo que después de que terminara la segunda guerra mundial fue muy utilizado por sus detractores para criticarle aún más. Sin embargo, de alguna manera, consiguió convencer a los americanos de que no, dijo que él había sido un antinazi durante toda la guerra, y no sé muy bien cómo, los americanos se lo creyeron y ni le arrestaron, (aunque tampoco había hecho nada malo, quizá negar la ayuda a alguien por miedo a las consecuencias, y había escrito música patriótica, que en sí tampoco es condenable...), ni prohibieron su música, por lo que Orff siguió viviendo relativamente bien en los años de la post guerra.

Elaboró algo más su estilo, escribió música, se desarrolló como pedagogo e incluso creó una escuela infantil mediante la que conseguía que niños carentes de cualquier formación musical pudieran participar activamente en grupos de música. Es lo que hoy, aún se denomina "Método de Orff".

Falleció Munich en 1982. Hoy se considera uno de los principales compositores alemanes del s.XX, y el único que alcanzó fama internacional sin salir de su país.



¡Oh, Fortuna,
como la luna,
de condición variable,
siempre creces
o decreces!
La detestable vida
primero embota
y después estimula,
como juego, la agudeza de la mente.
La pobreza y
el poder
los disuelve como al hielo.
Suerte cruel
e inútil,
tú eres una rueda voluble
de mala condición;
vana salud,
siempre disoluble,
cubierta de sombras
y velada
brillas también para mí;
ahora, por el juego
de tu maldad,
llevo la espalda desnuda.
La suerte de la salud
y de la virtud
ahora me es contraria;
los afectos
y las carencias
vienen siempre como cosa impuesta.
En esta hora,
sin demora,
impulsad los latidos del corazón
el cual, por azar,
hace caer al fuerte;
¡llorad todos conmigo!

6 comentarios:

  1. Me encanta como utilizas la palabra "lindeces", una de mis favoritas del castellano xDD

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  2. Gracias, hace ya mucho tiempo me dejaron "El Evangelio según San Marcos de Plata", la única pieza en prosa de los carmina originales, muy crítica con la Iglesia, pero no lo fotocopié y le perdí la pista. Nunca lo volví a ver.
    Un saludo

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  3. Estuve en la abadía de Benediktbeuern, donde se descubrieron los Carmina Burana. Carl Orff trabajó muchísimo con mi coro preferido. O, o, o, totus floreo. :-)

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  4. no puedo parar de ller este blog... es de lo mas interesante y entretenido que leido sobre musica.. gracias

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